Empresa/ Resurrección

AutorAlberto Barranco Chavarría

La idea, en tal caso, apunta a recobrar el espíritu que alentó hace cinco décadas la constitución de las entidades financieras no bancarias, en reacción de los gremios productivos al proverbial cierre de ventanillas de la banca comercial privada para las pequeñas y medianas empresas... en la persistencia de las propias circunstancias.

Se trata, pues, de recuperar un esquema que de papel parecía impecable, al permitirse el acceso a préstamos en proporción directa al tamaño de sus aportaciones, con cargos a quienes acreditaran solvencia con su propia trayectoria.

El aval, ahora, serán los Gobiernos de las entidades federativas, a cuya vera se capitalizarán las intermediarias sobrevivientes, es decir 41 de las 550 que llegó a mantener Nacional Financiera en su nómina de préstamos redescontados durante la fiesta a la que convocó en 1992 y 93 su ex director general, Oscar Espinosa Villareal.

La rendija para el tanque de oxígeno se abrió en el S.O.S; lanzado por el Gobierno del estado de Sonora, alguna vez el granjero de México, ante la nula derrama de créditos en apoyo de los agricultores por parte de la banca comercial.

"El Gobierno -diría el propio titular del Ejecutivo estatal-, se compromete a que paguen..."

Ahora que la condición para el regreso es que las intermediarias que en la época dorada del populismo financiero del salinismo se creaban al vapor en la mañana y en la tarde tenían llena la faltriquera para lanzar préstamos en calidad de bolo, no es sólo acreditar trayectoria, sino estructura, capacidad administrativa... y capital moral.

La mula no era arisca.

De acuerdo a un documento entregado a la Cámara de Diputados y redactado por el director general de Banca de Desarrollo de la Secretaría de Hacienda, Francisco Meré Palafox en 1996 -a cuya vera se sustentó una frustrada denuncia ante la Procuraduría General de la República contra el ex director general de Nacional Financiera, Oscar Espinosa Villareal, por parte de los legisladores perredistas Alfonso Ramírez Cuellar y Elba Capuchino-, el banco de desarrollo convocó a la orgía sin haber instalado los cimientos del salón.

Las referencias convocaban al espanto:

Las Uniones de Crédito favorecidas con la catarata de préstamos de Nafin -con la novedad de que al menos 450 de las 547 existentes hasta 1994 fueron creadas al vapor con apoyo del propio banco de desarrollo- no tenían reglas de capitalización para riesgos de crédito; no se sujetaban a exigencia alguna de clasificación de...

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