El reto de ser niñ@ trans

AutorGeorgina Montalvo

Antes de los 2 años, el hijo de Isabel y Ernesto ya se identificaba con personajes femeninos.

"Aunque tú la corrigieras, ella te decía: 'No. Yo soy la princesa'", cuenta Isabel, quien, entonces, no tomaba en serio esa actitud.

Sin embargo, pese a los intentos de la pareja, la conducta del niño no cambió.

A los 4 años, una terapeuta les explicó que su hijo era transgénero, y la transición social empezó poco a poco.

"Cuando cumplió los 5 años mandamos un correo a familiares y amigos explicándoles desde cero. Les pedimos referirse a ella como Katia", cuenta Isabel. A algunos ya no los volvió a ver.

Si a los 3 años su hijo está convencido de ser del género contrario al sexo con el que nació, no se trata de un juego, señala Eduardo Ramos Cuevas, terapeuta de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual.

Los padres deben tomarlos en serio y acudir a terapia, plantea.

Aunque los padres, después del impacto emocional, acepten la condición de sus hijos y los acompañen en el proceso de transición social, médica y legal, el escenario que enfrentan es complicado, comenta Jacqueline L'Hoist Tapia, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).

A nivel nacional no hay registro de casos ni instituciones oficiales especializadas que apoyen a esta población.

El primer motivo por el que se les discrimina es su cambio en el vestir, y en la escuela es donde se han dado las cuatro quejas por discriminación reportadas al Copred en los últimos dos años, indica L'Hoist.

"Las escuelas, en su mayoría, y los padres de familia de los demás infantes, en general, no cuentan con la capacitación sobre el tema", indica Víctor Hugo Flores, abogado especialista en juicios de cambio de identidad de género.

El proceso legal para obtener una nueva acta de nacimiento lleva, en el DF, que cuenta con legislación, unos seis meses, pero en los estados, un juicio toma mínimo tres años, apunta Flores.

En la parte médica son pocos los especialistas en el manejo de hormonas para estos casos, que idealmente deben empezar a usarse terminada la pubertad, comenta Ramos y alerta por la existencia de charlatanes.

Katia y sus padres vivieron la discriminación en una escuela católica de Santa Fe.

"Le hicieron la vida imposible la maestra y la directora de preescolar. Iniciamos un trámite ante el Conapred y no pasó nada", comenta.

Katia fue a otra escuela.

"Planteamos lo que pasaba y la aceptaron totalmente. Llevamos al sexólogo Luis Perelman a...

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