Los retos del nuevo rector

AutorKarla Garduño Morán

El próximo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México no tendrá el reto de resolver una huelga como la que encontró Juan Ramón de la Fuente en 1999, pero sí deberá darle seguimiento a una institución que durante ocho años ha pasado de la crisis a ser calificada como la primera a nivel Hispanoamérica y la 74 en la lista mundial del periódico The Times.

Además, el líder universitario que sea elegido por la Junta de Gobierno, entre el 14 y el 18 de noviembre, se enfrentará a otros desafíos de la UNAM, como la necesidad de reforzar el nivel escolar en bachillerato, emparejar los programas de estudio en todas las facultades, reactivar los mecanismos de discusión y pluralismo al interior de la Universidad y renovar la planta de profesores e investigadores que está envejeciendo.

Los ocho años de rectorado de De la Fuente, que concluyen el 19 de noviembre, han sido calificados como exitosos y fructíferos, no sólo porque logró terminar con la huelga que mantuvo parada a la UNAM durante más de nueve meses, sino por la forma en que se recompuso la vida universitaria y la imagen de la casa de estudios hacia la sociedad mexicana y hacia el exterior.

"Los primeros años de su rectorado fueron esenciales para recuperar, tanto hacia dentro como hacia fuera de la UNAM, el carácter y la imagen institucional de la universidad", señala el biólogo Antonio Lazcano, investigador de la UNAM y presidente de la Sociedad Internacional para el Estudio del Origen de la Vida. "Ciertamente la conoce bien: su habilidad política y el conocimiento de la UNAM, desarrollado tras años de ser investigador, profesor, director de la Facultad de Medicina, coordinador de la Investigación Científica, le permitieron sortear la situación terrible con la que se topó al acceder a la Rectoría".

De la Fuente arribó a la rectoría en 1999 en medio de la polémica. Unos días antes, el 12 de noviembre, tras una huelga que ya llevaba seis meses, el rector Francisco Barnés renunció a su cargo un año antes de culminar su periodo, con el argumento de abrir un camino a la solución del conflicto.

En cinco días, la Junta de Gobierno tomó la decisión de colocar al frente de la Universidad a De la Fuente, entonces secretario de Salud, a pesar de las voces en contra que consideraban que con esa decisión se daba entrada a la mano del entonces presidente Ernesto Zedillo en la Universidad. Sin embargo, la comunidad académica cerró filas en torno al nuevo rector y le dio su apoyo para intentar sacar adelante a la Universidad.

Desde el día de su toma de posesión, el 19 de noviembre, De la Fuente mostró disposición a dialogar, al dirigirse a un grupo de paristas para reiterarles la invitación a un encuentro con el Consejo General de Huelga a la semana siguiente en el Palacio de Minería. El ex director de la Facultad de Medicina mantuvo reuniones con distintos miembros de la comunidad universitaria y a pesar de varios intentos de diálogo, en los que éste se rompía por diversas razones como las constantes modificaciones en el pliego petitorio de los huelguistas, se mostró dispuesto a satisfacer las demandas estudiantiles, como la realización de un congreso. Incluso organizó un plebiscito en el que la mayoría de los universitarios apoyó su propuesta y consideró que era tiempo de volver a clases.

Días antes de que la PFP entrara a Ciudad Universitaria para recuperar las instalaciones, el rector todavía se presentó en el campus con la intención de pedirle a los paristas culminar la huelga, pero fue rechazado y salió casi en vilo en medio de una turba.

Una vez retomadas las clases, el 10 de febrero del...

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