Retrata Prieto a China en libro

AutorErika P. Bucio

Ante un teatro repleto hasta la última butaca, Carlos Prieto (Ciudad de México, 1937) ofreció su primer recital en Pekín con el Trío México. Al murmullo del público se agregaron ruidos intermitentes, extraños. Eran los espectadores, que con naturalidad, utilizaban las escupideras colocadas en todas las filas de butacas. Agonizaba 1979. China despertaba de la larga noche de la Revolución Cultural (1966-1976).

Esos años desastrosos para China significaron la prohibición de la música occidental, el cierre del Conservatorio de Pekín y la extinción casi por completo de las orquestas.

El Trío México era el primer ensamble de cámara, occidental, invitado al ese país tras la funesta década. Interpretaron, además de obras de Manuel M. Ponce, el Trío Op. 70, Núm. 1 de Beethoven, compositor prohibido hasta unos años antes. Un signo de los nuevos tiempos.

Empezaba a abrirse al exterior: estaban a punto de llegar los primeros corresponsales de los principales diarios estadounidenses y el representante de Naciones Unidas.

"China ha iniciado una era de transformaciones colosales", escribía Prieto en su diario de viaje, que recupera en el libro Por la milenaria China. Historias, vivencias y comentarios (FCE), con prólogo del violonchelista Yo-Yo Ma.

"No tenía la intención de publicarlo, pero soy consciente de ser un testigo privilegiado. No quería confiar todo a la memoria".

Invitado a impartir clases magistrales en el conservatorio, apenas reabierto en 1978, constató el bajo nivel de los estudiantes. Pero el ansía de aprender de aquellos jóvenes músicos anunciaba un futuro prometedor. A su regreso a China, en 1985, lo corroboró: "Asombroso (...) Abundan los grandes solistas, nuevos compositores y buenas orquestas".

Durante sus giras, Prieto lleva un diario con rápidas anotaciones a mano en pequeñas libretas que hoy ha sustituido por el i-Phone. Apuntes que luego revisa, amplía y ordena durante sus largos viajes en avión, acompañado de su Stradivarius "Chelo Prieto".

Instrumento del que sólo se ha separado una vez. Y ocurrió... en China. Tras el éxito de su recital en Changsha, el trío fue invitado a repetirlo a la mañana siguiente en el mismo teatro. Tomaron sus instrumentos para regresar al hotel, ante la mirada atónita de los funcionarios chinos. No entendían la preocupación de los músicos. Les subrayaron la absoluta seguridad que reinaba. Accedieron a dejarlos.

En aquella primera gira, Carlos Prieto se veía constantemente rodeado de funcionarios...

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