Retrata San Carlos universo femenino

AutorErika P. Bucio

En buena parte de la historia del arte las mujeres fueron relegadas a un segundo plano y pocas, que jugaron un papel relevante, fueron reflejadas por la pintura.

En la Edad Media, la maternidad es la única representación posible; durante el Renacimiento, la belleza clásica implica la falta de expresividad y sumisión ante el poder masculino y, todavía a fines del siglo 17, impera el ideal femenino -bella, culta y virtuosa- establecido por el hombre.

Pero hacia el siglo 18, las mujeres dejan de jugar un rol meramente decorativo en la pintura, de ese cambio queda como testigo un retrato elaborado por Giacomo Ceruti (1698-1767) de Doña Alba Regina del Ferro; el óleo sin fechar muestra a una mujer de pie, vestida de negro, desprovista de todo lujo o artificio, sosteniendo un libro entre las manos.

"Su única fuerza está en la expresión de su cara", describe Carmen Gaitán, directora del Museo Nacional de San Carlos (MNSC).

Estas variaciones a través de la historia del arte pueden apreciarse en El rostro de la mujer. Un recorrido del siglo 14 al siglo 20, que acogerá el museo a partir del jueves.

La muestra reúne una selección de 70 cuadros de pintores como Jean Honoré Fragonard, Francisco de Zurbarán, Tintoretto, Francisco de Goya, Germán Gedovius, Joaquín Sorolla y Ángel Zárraga.

Las mujeres, describe, son representadas en roles característicos: diosas, como Juno o Hebe; figuras históricas o religiosas, como María Magdalena; musas, como Euterpe o Talía, o como la encarnación de alegorías como la pintura o la belleza, pero sin representar una historia propia.

"Si ves la exposición, durante un gran periodo de la historia (las mujeres) son representaciones más bien de adorno, no son protagónicas", añade Gaitán.

El recorrido arranca con una Maternidad de Andrés de Concha, pintor sevillano establecido en la Nueva España, cuadro adquirido por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para el acervo del Museo de San Carlos y expuesto en la reciente muestra Los caminos del barroco, en el propio recinto.

Destaca Retrato de Dama, elaborado en 1795 por la pintora francesa Elisabeth Vigeé-Lebrun, que representa ya un retrato de género, con una mirada femenina.

"Aquí hay un corte respecto a estas mujeres que fueron absolutamente decorativas, en esta obra ya puede haber una expresión en el rostro", añade Gaitán.

Refiere, además, un cuadro de Goya que corresponde a su etapa tardía, en que el artista se aparta de su manera trágica y oscura para retratar a una...

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