Revela abuso sexual

AutorErnestina Sodi

"Hoy tú vas a ser mía"

-Titi, ¿puedo pasar? - es Romeo, que está borracho-. Titi, quiero hacerte el amor.

Me paralizo. No puedo contestar nada. Se acerca y me da la toalla para cubrirme el rostro y salir de la colcha. De inmediato me incorporo, pero sólo puedo decir:

-Salte por favor. Salte del cuarto.

Él me toma del cuello, acercándome a su boca, y me dice:

-Hoy tú vas a ser mía, ¿oíste?

Mi llanto sale de una manera increíble; simplemente está ahí, justificando el momento, defendiendo mi integridad, gritando con todos mis sentimientos que no me haga eso, ¡que no me haga eso!

-Romeo, ¡por favor! ¡No me hagas esto, yo no quiero tener relaciones sexuales contigo! Esto sería una violación. Yo no quiero nada contigo. Ya tengo demasiado para que ahora me salgas con esto.

-Escucha- me dice tomándome del pelo con fuerza-. Toda la banda está sexualmente inquieta contigo, y tienes que decidir: con todos, o solamente conmigo. Si yo te hago mía nadie puede meterse contigo porque aquí tenemos normas y una de ellas es que nadie se mete con la hembra de otro. Tú decides.

Inmediatamente mi instinto de conservación me dice que tendré que soportarlo; no voy a soportar una violación multitudinaria. Tengo que serenarme y pensar en cómo salir sin peligro de lo que, ahora descubro, será inevitable.

Me hinco en la cama, lo abrazo llorando y le digo:

-Romeo, sólo te pido un favor, ponte un condón porque le tengo mucho miedo al sida, por amor de Dios, ¡no me dañes! Yo no te he hecho ningún daño. Si solamente quieren nuestro dinero, ¿por qué esto? Esto es maldad, no lo hagas.

-¿Un condón? Aquí no tengo ningún condón. Está bien, mañana te preparas porque voy a venir a hacerte mía. De todas maneras ya estoy cansado. Bueno, mi amor, mañana será nuestra luna de miel.

Se acerca y besa mis labios cerrados. Su saliva sabe salada.

Al día siguiente, Romeo llega a la habitación, decorada y preparada para una pobre mariposa que ya está sin alas; esa mariposa soy yo con mi zozobra, bajo la decisión de otro, tratando de sobrevivir en este estiércol espiritual.

-Bonita, hoy quiero hacerte feliz porque tú me has devuelto a la vida.

Se acerca. Su aliento huele a pastillas de menta y se ha puesto una loción que nunca voy a olvidar. Pero el olor de ese cuerpo es un tatuaje que llevo en mi olfato; si lo oliera nuevamente lo reconocería al instante... Llega silencioso, como los animales al cazar. Se acerca a mí en silencio, con ardor, con pena, con fuerza, con, con, con...

Me venda...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR