Revela ser exitoso modelo sustentable

AutorPatricia López Suárez

REFORMA/ Enviada

VERACRUZ.- La sustentabilidad es una alternativa ecológica y económica para el manejo adecuado de agua, energía, suelos, selvas y cultivos agrícolas que genera resultados, respeta el ambiente y fomenta la participación colectiva en comunidades rurales y urbanas.

Así lo demuestran un centenar de ejemplos de 21 países de América Latina, África y Asia expuestos por ecólogos, campesinos, agrónomos y arquitectos reunidos en el Primer Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sostenible del Trópico, evento organizado por el Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (CITRO-UV) y la estadounidense Universidad de California en Riverside.

"Existen nueve mil años de manejo de la biodiversidad en Mesoamérica", advierte el etnoecólogo Víctor Manuel Toledo, del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM, para quien los métodos indígenas de convivencia armónica con la naturaleza, el uso de policultivos, la noción de equilibrio y un respeto sagrado por el entorno natural se han convertido, al paso de los siglos, en una "resistencia mesoamericana" para el resto del mundo.

"En el desarrollo sustentable se trata de encontrar una modernidad alternativa, donde la información científica es solo una parte que debe adentrarse en el conocimiento tradicional de las comunidades, participar en colectividad y no dictarles como actuar desde la modernidad heredada de Europa", dice Toledo, más cercano a un antropólogo -"en esa área soy autodidacta", aclara- que al doctor en ciencias biológicas atraído a la problemática social por la devastadora destrucción de los ecosistemas mexicanos.

El investigador señala que en las últimas dos décadas, la zona centro y sur de México han vivido una proliferación de experiencias exitosas -principalmente realizadas en comunidades indígenas de Oaxaca y Chiapas- que incluyen agricultores de productos orgánicos, con particular importancia el café; organización de grupos de pescadores; artesanos con maderas derivadas de árboles controlados en las selvas; recolectores de productos no maderables; manejadores de agua y promotores de turismo ecológico.

"Es posible cuidar la biodiversidad de nuestros países tropicales y a la vez vender productos derivados", expone Ana Lorena Guevara, del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inbio) de Costa Rica, organismo no gubernamental que, mediante el establecimiento de una Unidad de Bioprospección, lanzó en 2004 al mercado de su país el primer...

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