Reviven la pesadilla
| Autor | Salvador Quiauhtlazollin |
La explicación a la existencia de la terrible criatura que conocemos como Alien debe buscarse en el psicoanálisis. Sólo así se dilucida su mecanismo de propagación, su mortífero ciclo de vida y su devastadora popularidad entre el público del siglo 20, que desde 1978 la convirtió en uno de los iconos del terror y la ciencia ficción. Y es en el psicoanálisis donde debemos buscar su interpretación, por lo menos desde la perspectiva humana, porque es un ser esencialmente sexual.
Descripción de la criatura
Alien: Organismo biomecánico que sigue hasta ciertas etapas la evolución de un insecto. Es una reina madre quien se encarga de poner huevos de forma inequívocamente testicular, de los cuales emerge, como un espermatozoide amarillento, el facehoger, mecanismo de sujeción que permite al incipiente embrión fijarse en la cara del huésped. Este ingenioso vehículo de propagación permite que su víctima mantenga los signos vitales mientras la larva se desarrolla en el pecho del infortunado anfitrión.
Llegado el momento de pasar a su siguiente etapa, la larva utilizará sus potentes músculos subcutáneos para propulsarse contra la parte interior de la región pectoral de la víctima, golpeando con tal fuerza que reventará el esternón, la capa muscular y la piel de su víctima para brotar de su pecho en una violenta acción necesariamente mortal para quien lo hospeda. En esta etapa, el ser se denomina chestbuster, y es quizá cuando su apariencia sexual resulta más marcada: rosáceo y ciego, su cabeza semeja un glande y su fálico cuerpo es alargado, anillado y cónico como el de los anélidos terrestres, al tiempo que su desagradable color se ve realzado por la pegajosa baba que lo cubre. Sumamente escurridizo, este chillante animalillo se perderá en los resquicios de su hábitat, de donde surgirá, luego de clonar las facultades físicas de su difunto huésped, convertido en la más eficiente máquina de matar del universo. En esta etapa le conocemos, por carecer de una denominación mejor, como Alien, y aunque generalmente es antropomorfo (por ser nuestra especie la más castigada por sus invasiones), podemos reconocer en él innumerables formas, siempre y cuando haya tenido posibilidad de fijarse en el morro de su temporal depósito. Es por ello que muchos Aliens son ágiles como cánidos, corpulentos como rinocerontes o alargados como cocodrilos, y también así se explica el que no hayamos encontrado Aliens depredadores, pues no pueden fijarse al hocico de estas razas...
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