La Tarea/ Los revoltosos pueden causar serios problemas a los demás

AutorJeanene Bluhm Bruns

Es probable que el comportamiento de algunos niños revoltosos parezca insignificante comparado con los niños que llevan armas o los involucrados con drogas. Las experiencias con los revoltosos son más comunes y muchos opinan que forman parte de la madurez. Sin embargo las estadísticas indican que uno de cada cuatro niños revoltosos tendrá una historia criminal antes de los 30 años. Todo está permitido para un revoltoso: vacila de una manera agresiva, roba dinero de niños más pequeños, insulta, amenaza y puede llegar a la violencia física. Algunos niños víctimas sienten tanto miedo y angustia que evitan ir al colegio usando excusas de enfermedades. La típica víctima es tímida, sensible y quizás angustiada e insegura. El revoltoso también molesta por razones físicas, por ejemplo: alguien con sobrepeso, pequeño, que tenga una discapacidad, color de piel o que tenga problemas de aprendizaje, etc.

Algunos niños tienen la capacidad de ocultar sus sentimientos cuando están siendo víctimas de un revoltoso y no te das cuenta del problema hasta que tu hijo no quiere ir al colegio o se queja de una enfermedad ficticia. Otras pistas pueden ser que tu hijo llegue a casa con lesiones o moretones, con la ropa rota, que pierda el dinero de la cooperativa, que esté sensible, de mal humor, en silencio o alejado emocionalmente, que baje su rendimiento académico y que muestre angustia o problemas para dormir. Si como padres de familia se enteran que su hijo es víctima de un revoltoso es normal sentir enojo, confusión y culpabilidad.

¿Qué debes hacer? Lo peor es una sobre-reacción. No es necesario perder el control, ir al colegio e insistir en la acción. No olvides que si tú, como mamá o papá hasta ahora no se habían dado cuenta, es probable que en la escuela tampoco estén enterados del problema. Recuerda que la maestra no es la compañera constante de tu hijo y no hay telepatía.

Es importante que pidas una cita con la maestra o titular de tu hijo para explicarle el problema de manera amistosa, sin confrontaciones o acusaciones. Pregúntale al maestro si ha notado a tu hijo triste o asilado o si no tiene compañeros con...

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