Revoluciona el Sol al DF

AutorIván Sosa y Alejandro Ramos

La azotea es la diferencia. Sin calderas consumidoras de hidrocarburos productores de humo contaminante, la alberca del deportivo Clark Flores calienta el agua con alfombras.

Tapetes que en realidad son paneles colocados sobre el techo con tubos de polipropileno, un material cuya función es retener la energía solar y calentar el agua que fluye dentro.

Aun antes de que la Secretaría de Medio Ambiente publicara la norma solar local (el pasado 7 de abril) para obligar a constructores de albercas y baños colectivos, el uso de energía solar ya es parte del escenario energético en la metrópoli.

Con esta disposición, cualquier nuevo restaurante, hotel, templo religioso, escuela, museo o estacionamiento con más de 51 empleados que ocupe agua caliente en el DF deberá emplear energía solar. La norma entró en vigor el 8 de abril, pero tiene una aplicación gradual.

Los avances

Instalaciones públicas y privadas , como tres piscinas en Coyoacán, una en Tlalpan, dos en el Centro Deportivo Israelita y otra en el Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, recurren a la energía solar.

En Coyoacán, la delegación decidió construir una alberca para mitigar la lista de 7 mil personas en espera de inscripción en la alberca Aurora, en la Colonia Del Carmen, y la cual sólo tiene cupo para mil 500 usuarios.

En el deportivo Clark Flores, situado en la Colonia Avante, la alberca evitó la instalación de la caldera clásica, cuya inversión habría sido similar al sistema solar, el cual suprimirá los costos mensuales por compra de combustible y mantenimiento.

En junio iniciarán las clases de natación con mil alumnos, que desde marzo saturaron inscripciones. Los 7 mil litros de la alberca semiolímpica se abastecerán una vez en el año.

Cada día, ese caudal se bombea, y recircula con tal de evitar la formación de algas, hacia los paneles solares en la azotea para que fluya dentro de los serpentines y, caliente, regrese por gravedad a la alberca.

Con termostato, el sistema regula los 29 grados centígrados requeridos en las clases acuáticas, temperatura que, en caso de ausencia de sol, recurrirá a bombas de calor operadas con electricidad.

"Parece algo muy novedoso, pero en realidad no lo es; es una tecnología disponible en el mercado, que no necesita especialistas para funcionar.

"A pesar del excepticismo, optamos por hacer algo diferente y por el ahorro en costos y el mínimo impacto ambiental, las albercas de Huayamilpas y Santa Úrsula serán similares", comentó la...

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