Ricardo Monreal / En contra de los ismos

AutorRicardo Monreal

La renuncia de Rosario Robles a la presidencia nacional del PRD será incompleta si no se acompaña de la renuncia colectiva del partido a los lastres y debilidades que actualmente lo aquejan. Al interior existe consenso sobre estos males: el sectarismo, el burocratismo, el corporativismo y el patrimonialismo.

Uno de los efectos inmediatos de la renuncia de Rosario Robles es haber creado conciencia sobre estas desviaciones partidistas y la necesidad de superarlas de manera radical y rápida.

Los partidos democráticos de izquierda han desarrollado diversos antídotos para estas inercias propias de organizaciones plurales, en proceso de crecimiento y con diversidad de expresiones en su seno.

Para neutralizar el sectarismo, la opción es abrirse a la sociedad y ciudadanizar la estructura organizativa. En este sentido, es necesario impulsar en el PRD un pacto refundacional entre las diferentes expresiones que lo integran. Debe existir un mayor equilibrio entre la estructura de corrientes internas, la estructura territorial y la estructura de movimientos sociales y ciudadanos. Las corrientes en sí no son negativas. Reflejan la vitalidad, el pluralismo y la democracia de una organización. De hecho, no hay partidos monolíticos. Pero tampoco funcionan los partidos policráticos, donde la lucha de todos termina por dejar un partido de nadie. La clave, insisto, es el equilibrio entre expresiones, movimientos y personalidades.

Contra el burocratismo, la opción es la ampliación de la militancia y la expansión de las bases del partido. Mientras más ciudadanos y simpatizantes participen en los comités de base, habrá menos concentración de poder en los comités directivos. La "ley de hierro de las oligarquías" se diluye con la "ley de oro de la participación ciudadana". Más líderes naturales de base y menos burocracia de partido permitirán al PRD retomar el vuelo y vincularse orgánicamente con la sociedad.

Contra el corporativismo, el antídoto es la territorialización de la estructura y la libre reafiliación de los miembros. Lo ideal es que las expresiones o corrientes territorialicen a sus miembros, hoy altamente concentrados en un grupo de regiones, estados y municipios. A su vez, la estructura territorial debe tener una mayor vinculación con los movimientos sociales y causas ciudadanas que han estado ausentes del perredismo en los últimos años. Debemos reorganizar a fondo el padrón interno y reestructurar al PRD en las 100 principales ciudades del país y en...

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