De Ripley: ve Cervera fraude

AutorErnesto Núñez

MÉRIDA/ Yucatán

REFORMA / Enviado

Fue el mundo al revés. El antes poderoso Víctor Cervera Pacheco perdió ayer la posibilidad de regresar a la política activa y, a través de su partido, denunció que fue víctima de una elección de Estado.

Mientras el campamento panista proclamaba que ahora sí el dinosaurio había sido sepultado definitivamente, Cervera estaba encerrado a piedra y lodo en sus oficinas, y sus compañeros de partido alegaban fraude.

Jorge Carlos Ramírez, candidato a diputado local, salió a las 22:30 horas a negar que el tricolor haya perdido Mérida, y anunciar el comienzo de una larga pelea jurídica que puede llegar hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial.

Paradojas de la vida, el adiós de Cervera ocurrió en paralelo a denuncias por aquellas prácticas que lo hicieron mítico, las mismas que usó para convertirse en el gran cacique yucateco.

Padrones rasurados selectivamente, compra del voto, reparto de despensas, acarreos, intimidación de cuerpos policiacos y una descarada participación del gobierno a favor de sus candidatos afines.

Entre otras, esas fueron las acusaciones que lanzaron los priistas para no reconocer la derrota.

La última jornada

Cervera se levantó, como siempre, a las 6:30 horas. Siguiendo las recomendaciones del publicista Carlos Alazraki, dejó la guayabera en el armario, se enfundó unos pantalones negros y se fajó una camisa amarillo claro.

Se guardó la credencial de elector en el bolsillo de la camisa, junto a un bolígrafo, y se puso un paliacate rojo en la bolsa trasera, quizás lo único que queda del vestuario que caracterizó al hombre que se ganó la fama de cacique y dinosaurio durante sus dos periodos al frente del gobierno estatal.

Casi a las 9:00 horas, permitió que un grupo de periodistas que aguardaba fuera de su casa entrara al recibidor para un breve diálogo informal antes de salir a votar.

Una fuente, plantas, espejos y algunas artesanías colocadas sin aparente lógica sobre mesas y repisas, decoran la residencia Cervera, ubicada en la Calle 20 de la colonia Itzimná, un suburbio clasemediero de esta capital.

De entrada, se le preguntó cómo veía el cambio de roles entre PRI y PAN; ya que a esas horas el gobierno panista era acusado por los priistas de repartir despensas, acarrear gente, comprar votos, regalar materiales, granos y hasta puerquitos.

"Es lamentable; son cosas de las que nos acusaban cuando estábamos en el gobierno, y que no eran ciertas. Hoy lo están haciendo ellos y sí es cierto...

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