Rivera, cronista de Nación

Como si fuese una gran escenificación, los héroes de la Independencia, la Reforma y la Revolución desfilan por el mural de la fachada del Teatro de los Insurgentes, en la Ciudad de México.

En 1953, el muralista Diego Rivera dio vida a El teatro en México, que ocupa una superficie convexa de 550 metros cuadrados y está realizada en pintura con resina de polietileno recubierta con cristal veneciano; en sus imágenes, Rivera entrelaza la historia patria con las diversas manifestaciones escénicas del País, del teatro precolombino a las obras de Rodolfo Usigli.

Rivera realizó este mosaico sin un orden cronológico, como una revisión del pasado y el presente de México, y que, como en gran parte de su pintura, sintetiza arte e ideología.

Para el mural, utilizó cristal bizantino y veneciano, una parte importado de Italia y el resto producido en una fábrica de Cuernavaca.

El recinto, que actualmente pertenece a Televisa, fue construido por el arquitecto Alejandro Prieto y por iniciativa del empresario José María Dávila. Su inauguración tuvo lugar en abril de 1953, con la obra Yo, Colón, protagonizada por Mario Moreno Cantinflas.

En junio de 1994, el foro fue cerrado para la restauración y modernización de la sala. Tras un año de trabajos y una inversión de 2 millones de dólares, fue reabierto el 7 de septiembre de 1995, con una obra dirigida por José Solé y estelarizada por Verónica Castro, La mujer del año.

En esa ocasión, el mural sólo recibió mantenimiento, a pesar de que en 1992 había sufrido el desprendimiento de siete páneles (de 1 metro por 70 centímetros cada uno), por lo que le fueron colocados tirantes de protección. A lo largo de los años, el mural sufrió además desprendimiento de centenares de mosaicos en toda...

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