Roberto Newell / Daño colateral

AutorRoberto Newell

Los 12 años de gobierno del PAN fueron decepcionantes para la mayoría de los empresarios. La agenda ideológica e intelectual de los principales líderes de ese partido coincidía con el diagnóstico que los organismos empresariales habían hecho de la situación económica del País. Por ello, se imaginaron que el triunfo del PAN y la derrota y descrédito político del PRI permitiría avanzar en la implantación de las reformas estructurales que se habían identificado, mismas que una vez implantadas permitirían acelerar el ritmo de crecimiento de la economía.

Los líderes del PAN no estaban preparados para resolver los retos políticos y económicos que enfrentaron. La falta de experiencia del nuevo gobierno pronto se hizo evidente. El Gobierno de Fox invirtió mucho de su capital político en cuestiones de bajo valor; cuando llegó el momento de proponer cambios más significativos, la oposición ya se había reorganizado y el momento políticamente propicio había pasado. Los errores políticos iniciales del Gobierno de Fox fueron muy costosos; su Administración desperdició el prestigio y la fuerza política que tenía al principio del sexenio, invirtiendo su capital político en iniciativas cuyos frutos no rindieron gran cosa.

La decepción de los empresarios con el Gobierno de Fox fue grande. Sus expectativas eran que Fox haría reformas que removieran los obstáculos que impedían que la economía creciera más rápidamente. Los resultados logrados durante ese sexenio fueron pobres y la tasa de crecimiento medio de la economía fue mucho más baja que sus expectativas.

El debate económico se perfiló mucho más claramente en los comicios de 2006 que en las elecciones anteriores. Una vez más, hubo bastante coincidencia entre la propuesta económica del candidato del PAN y el diagnóstico de los organismos del sector privado. Durante la campaña, Calderón habló sobre la necesidad de hacer cambios profundos a las estructuras económicas del País. Eso más el hecho de que Calderón era un político más experimentado que Fox les hizo pensar que ahora sí prosperaría la agenda de cambios estructurales.

La competencia política de 2006 fue entre dos candidatos que representaban visiones muy diferentes de cómo conducir la economía. Calderón tuvo el respaldo del sector privado porque prometió remover los obstáculos al crecimiento económico. Por contra, la campaña de López Obrador estuvo dirigida a obtener el respaldo de personas y grupos políticos que sentían afinidad con el modelo...

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