Roberto Newell / ¿Inflación a la vista?

AutorRoberto Newell

Recientemente se ha desatado un debate intenso sobre los aumentos que han sufrido los precios de los commodities. Según el Índice de Precios de Commodities de The Economist, los precios de productos alimenticios han aumentado 37 por ciento durante el último año; el petróleo, 16.7 por ciento; y el Índice General de Commodities, 38 por ciento. Algunos analistas interpretan estos aumentos como un augurio de que se avecina un periodo de aumentos generales de precios a nivel mundial. Otros razonan que lo que estamos viendo no es inflación, sino cambios en la estructura de precios relativos de bienes y servicios que se intercambian globalmente. Visto en estos términos, el debate en marcha más bien parecería una pedantería del tipo que sólo entretiene a economistas. Pero en mi opinión, lo que hace que esta discusión sea importante es que, dependiendo de la conclusión que se alcance, se recetarán políticas públicas con consecuencias diferentes entre sí para los ciudadanos de a pie.

La definición convencional de inflación reza que inflación es un aumento general del nivel de precios. Normalmente, una lectura rápida de esta definición no suscita mayor controversia, aunque nunca falta algún analista que cuestione si es apropiado incluir el adjetivo "general" para calificar cuáles son los precios afectados por el fenómeno.

Y ahí es donde está el detalle: si los precios que aumentan son sólo un subconjunto del total, entonces estamos ante un cambio de precios relativos. Mientras que, si todos están aumentando, entonces indiscutiblemente se está en la presencia de un evento inflacionario.

Los remedios para las dos situaciones son muy diferentes. Veámoslo desde de una perspectiva doméstica. El precio nominal del maíz amarillo que se consume en México ha subido 73.3 por ciento durante los últimos 12 meses. Durante el mismo plazo, el Índice General de Precios al Consumidor en México subió sólo 4.4 por ciento, y la tasa de cambio se revaluó 5.4 por ciento.

Con base en estos datos, concluiría que estamos ante un cambio de precios relativos, puesto que el aumento del maíz amarillo (el cual se importa en grandes cantidades) es mucho mayor que el aumento general de precios en México, y se dio en un periodo en el cual la cotización del dólar se tornó más favorable para los que ganamos en pesos.

En este contexto, si lo que se desea es reducir el nivel de precios del maíz (sin reducir la cantidad demandada del producto), lo que se requiere son políticas públicas...

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