Rogelio Ramírez de la O/ El verdadero 'atorón'

AutorRogelio Ramírez de la O

Aunque no se puede despreciar el impacto significativo de la desaceleración en Estados Unidos sobre México, las finanzas públicas del primer semestre indican que el verdadero atorón está en la enorme rigidez fiscal que el Presidente Fox no ha logrado corregir.

El año pasado declaró que recibía una economía fuerte, pero "con escaso margen de maniobra". Debió decir que era nulo margen, pues entonces ya había deudas por más de cien mil millones de dólares, hasta entonces ausentes de la contabilidad oficial. La más grande de dichas deudas fue por el rescate de la Banca Comercial.

Para hacer las cosas peores, el gasto público estuvo en el 2000 en un nivel extraordinariamente alto y no ha bajado hasta ahora. Al no considerar el Presidente Fox que este nivel de gasto era extraordinario y por lo tanto debía reducirse radicalmente en 2001, cayó en una verdadera trampa. Así, tuvo que buscar el equilibrio de las finanzas públicas con aumento de los ingresos vía la Reforma Fiscal y mayor recaudación. En retrospectiva, podemos concluir que esto fue un error, pues a final de cuentas dicho gasto mantiene seriamente presionadas las finanzas públicas.

Las presiones presupuestales, surgen de tres problemas. Uno es el costo de los intereses de la deuda pública. El segundo es la gran presión política para aumentar el gasto público, al no corregirse la estructura burocrática. El tercer problema es el impacto negativo de la desaceleración en Estados Unidos sobre los volúmenes de recaudación.

Es claro que intentar superar estos problemas con un aumento de impuestos cuando el origen de las deudas adicionales es políticamente cuestionado es un acto heroico, quizá digno de mejores causas. Detrás del mismo hay una subestimación del problema económico y una sobrestimación de la capacidad política del Gobierno para asegurar los ingresos públicos necesarios. De ahí que el Presidente no haya tenido un plan alternativo para el caso de que no fuera posible aumentar impuestos.

El cuadro muestra que el gasto aumentó de manera extraordinaria desde 1999. Aun con los problemas de una desaceleración con impacto negativo en la recaudación, en el 2001 el gasto creció 4.1 por ciento por encima de la inflación. El crecimiento del gasto corriente es sumamente alto en 7.9 por ciento, sobre todo después de haber aumentado en el 2000. Así, su crecimiento entre 1999 y 2001 es de 21.6 por ciento en términos reales, el cual no corresponde con una filosofía de eficiencia empresarial de...

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