Roger Bartra / Petróleo y nacionalismo

AutorRoger Bartra

Desde hace años he venido afirmando que el nacionalismo mexicano se encuentra en crisis y que la cultura de la identidad nacional está muy desgastada. Me ha parecido que el país se enfrenta a una condición postmexicana que revela cambios profundos en la sociedad y en la cultura. Creo que estas son las causas que permiten explicar que se haya consolidado una reforma, que va claramente contra las tradiciones nacionalistas revolucionarias, sin que haya habido grandes explosiones de descontento. Acaso hay una mayoría de mexicanos que no está muy de acuerdo con la reforma energética, pero sin duda la mayor parte de la gente ha dejado de asociar la identidad nacional con una empresa ineficiente y podrida como Pemex. Si en algún lugar muchos mexicanos depositan su desvencijado nacionalismo es en las desventuras del equipo de futbol, lo que redunda en frustraciones amargas (véase mi libro La sangre y la tinta: ensayos sobre la condición postmexicana).

Ante esta situación la derecha ha jugado con audacia sus cartas y ha materializado su antiguo sueño de avanzar en la privatización de los recursos energéticos. La izquierda, aferrada a un pasado ya caduco, no ha logrado despertar las fuerzas adormiladas del nacionalismo cardenista. Y tampoco ha ofrecido una alternativa creativa y novedosa apartada de las tradiciones nacional-revolucionarias. La alternativa que se ha perfilado consiste en una operación de limpieza de la empresa petrolera estatal y de su sindicato de trabajadores. Se reconoce que Pemex es una empresa en quiebra, que es ineficiente, que carece de la capacidad de refinación requerida y que es corrupta. Su sindicato está también sumido en la putrefacción y es desde hace mucho un poderoso apoyo de las tendencias políticas autoritarias. La operación de limpieza, se afirma, podría convertir a la empresa petrolera pública en una organización diáfana y eficiente. Para ello el gobierno debería dejar de depender de los recursos petroleros para financiar su gasto corriente y permitir a Pemex usar la inmensa renta petrolera para salir de la quiebra y reinvertir en forma productiva el capital. Podría ser que ello sea idealmente posible, pero nadie puede hoy creer seriamente que una limpieza...

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