Roger Bartra / Un tango con Octavio Paz

AutorRoger Bartra

"Siglo veinte, cambalache problemático y febril...".

Criticar a la izquierda por su atraso suele despertar reacciones malhumoradas que acusan al crítico de dar excusas a la derecha para exonerarla de sus lacras. Estas reacciones, sin embargo, no son las que predominan en la izquierda. Son solamente una expresión de sus sectores más cerrados u oportunistas. Octavio Paz, cuando criticó a la izquierda, enfureció a muchos, e incluso algunos llegaron a quemar su efigie en la calle durante una manifestación en 1984. A veces Paz consideró estas agresiones como una expresión típica de toda la izquierda. Asumo que generalizar fue un recurso retórico.

En una entrevista reciente mi buen amigo Enrique Krauze ha utilizado este mismo recurso, al afirmar que a Paz le hubiera gustado tener un diálogo con la izquierda, pero que nunca hubo quien quisiera debatir con Paz: "en este tango nadie quiso bailar con él. Entonces lo único que hicieron fue que, cada vez que los invitaba al baile de los debates, lo escupían, lo calumniaban, le decían reaccionario fascista, derechista" ("La izquierda no sabe lo que perdió por dejar de hablar con Octavio Paz", El País, 31-V-2014). Quiero recordar que en 1980 invité a Paz a bailar un tango: a que participase en una mesa redonda para discutir el manuscrito de mi libro Las redes imaginarias del poder político, donde también participarían dos intelectuales de izquierda, el escritor Carlos Monsiváis y el filósofo Luis Villoro. Paz aceptó con la condición de que el encuentro no se abriese libremente al público y asistiesen únicamente personas invitadas especialmente. La discusión fue muy animada y Paz quedó tan contento que nos invitó a los participantes y a algunos amigos que asistieron, entre ellos Enrique Krauze, a cenar a su casa. Allí decidimos que era necesario impulsar conjuntamente el debate sobre el socialismo y la izquierda. Para ello acordamos que la revista Vuelta, que dirigía Paz, y El Machete, la revista mensual del Partido Comunista que yo dirigía, harían un llamado a impulsar una discusión de altura. Con este fin Vuelta publicaría las intervenciones de Villoro y mía, y El Machete publicaría las de Monsiváis y Paz. Poco después llamé por teléfono a Paz para cristalizar el acuerdo. Lo primero que me dijo es que no me convenía publicarlo a él pues esto me crearía dificultades con la gente del Partido...

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