Rompiendo mitos

AutorAntonio Bertrán

"Mamá, duele pene". Hace unos meses, Maribel Hernández escuchó a su hijo Alexander avisarle así que tenía una erección espontánea. La madre sólo atinó a llevar al muchacho de 10 años al baño y pedirle: "Espera, ahorita se baja".

Desde que, a los 3 años, Alexander fue diagnosticado con autismo, Maribel y su esposo decidieron que ella dejaría su trabajo y se consagraría a buscar los métodos adecuados para educarlo.

Por ello, ante ese momento del despertar sexual, se cuestionó qué debía decirle al adolescente en ciernes para "no regarla".

Maribel, contadora de 42 años, ocupa un asiento en la primera fila del salón de la biblioteca del Museo Memoria y Tolerancia, abarrotado de padres, educadores y terapeutas que asisten al curso "Autismo y sexualidad", impartido por Nadia Arroyo, fundadora de la asociación Compartiendo Saberes y Transformando Realidades (CSTAC).

"Todavía no sé qué hace Álex cuando lo dejo en el baño", dice Maribel. "Se va a tocar y habrá masturbación, pero no sé qué debo explicarle; por eso vengo al curso".

Nadia arranca el tema de la sesión, "Rompiendo mitos: adiós a los ángeles asexuados", de manera directa: "No serán unos niños o niñas eternos, que no tendrán sueños o excitaciones sexuales", explica la pedagoga especializada en sexología.

"Quizá su cuerpo está constituido de manera diferente o sienten y perciben la realidad de manera diferente, pero la sexualidad de las personas con discapacidad es igual a las demás; el desarrollo hormonal y gonadal estará presente".

Lo que no desarrollarán, agrega, es el erotismo, pues es muy complejo, pasa por la abstracción y el contexto social, y puede que el objeto que les excite parezca "raro".

Tal objeto de deseo podría ser un micrófono, ejemplifica Nadia.

"Y verlo o tomarlo puede que le provoque una erección y un orgasmo; por eso quienes siguen las normas sociales creen que esas cosas son perversiones".

HAY QUE SER ASERTIVOS

Axel tiene 16 años y está diagnosticado con autismo de alta funcionalidad o síndrome de Asperger.

El bozo le ha brotado e igualmente le afloró un gusto típico de los adolescentes: la música. Está aprendiendo a tocar el bajo de manera autodidacta, mirando tutoriales en internet.

También en línea estudia la secundaria para evitar el acoso que sufrió en la primaria. Sus padres, Jenny Gutiérrez y Javier Amaro, se divorciaron hace ocho años pero se ocupan juntos de su educación.

"Axel ya mira en la tele a las muchachas en bikini y se emociona...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR