El sueño roto de ser Eto'o

AutorMónica Delgado

Corresponsal

PARÍS.- Su padre, un campesino camerunés, vendió animales y parte de su tierra para juntar los 4 mil 500 euros que el promotor le exigía para llevar a Iván a Europa y convertirlo en estrella de futbol.

"El agente me dijo que él trabajaba con el equipo de Samuel Eto'o, que tenía talento para destacar y que me llevaría a jugar en clubes europeos", explicó Iván a REFORMA.

Sin embargo, desde que llegaron a París, hace un año, Iván y su compañero Willy, ambos de 19 años, no han ido a ningún club europeo ni de divisiones inferiores o sección amateur.

Como cientos de jóvenes africanos, los dos están en situación ilegal en Francia, solos, sin dinero y sin posibilidades de regresar a su país.

"Tan sólo en Francia hemos registrado a 600 jóvenes en los últimos 6 años. Pero no nos enteramos de todos los casos y menos de lo que pasa en otros países", precisó Christophe Adam, representante de la asociación parisina Culture Foot Solidaire.

"Después de unos días en Francia (el agente) me dijo que estaba difícil conseguir pruebas en clubes franceses y que un club de Albania se interesaba en mí. Viajó para hablar con ese club, pero nunca más regresó", contó Iván, que en su país jugaba en el Racing Club de Baffousam.

Hoy, sus entrenamientos son esporádicos y en una cancha en la periferia parisina, donde el pasto no está óptimo y los jugadores son vecinos del barrio que les gusta echarse una cascarita de vez en cuando.

Al igual que ellos, cientos de chicos y sus familias son engañados por supuestos agentes que aprovechan el impacto que tiene la historia de futbolistas africanos que triunfan en Europa, como el caso del jugador camerunés Samuel Eto'o, delantero del FC Barcelona (España).

Adam explicó que algunos agentes reclutan a chicos, los traen a Europa, los instalan en un hotel modesto y después desaparecen con el dinero.

Otros sí les consiguen pruebas en algún club, pero con frecuencia las ambiciones financieras del intermediario imposibilitan el trato y después de un tiempo los abandonan.

Los chicos no saben nada de los agentes, apenas su nombre, pero no su apellido, teléfono y dirección.

En el caso de Iván el falso agente era africano y se llamaba Eric, pero el que engañó a Willy aseguraba ser italiano y llamarse Giovanni.

"Yo jugaba en el Jubitan FC, club de segunda división de Abidján (Costa de Marfil) y al mismo tiempo acudía a la escuela. Mi objetivo no era el futbol. Pensaba venir a Francia algún día, pero a estudiar", contó Willy.

"Me...

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