Ruidos de la Calle/ Música 'klasik' de Afganistán

AutorPacho

Esta columna ha comentado en varias ocasiones sobre la música árabe, el rai argelino, además de otros sonidos originados más hacia el oriente, como la música paquistaní, incluso la música filmi o bollywood de Bombay, capital del cine de la India. Debido a los recientes, siniestros e inefables acontecimientos por todos conocidos, ahora nos enfocaremos a la música de un país devastado y paupérrimo, Afganistán, vecino de algunas de estas coordenadas sónicas.

A pesar de las prohibiciones de los talibanes, Afganistán ha sido un país generoso con los sonidos. Cuando el Ejército soviético abandonó Afganistán, las nuevas autoridades prohibieron la transmisión de cierta música en la radio y la televisión. A partir de 1994, el movimiento talibán impulsó aún más la censura contra la música, las autoridades destruyeron instrumentos musicales y videos, encarcelaron a músicos que se encontraban tocando públicamente, cerraron los teatros que antes presentaban música y cantos en sus escenarios, así como los cines donde se proyectaban películas de la India que, como hemos visto en estos Ruidos de la Calle, se caracterizan por estar repletas de números musicales y bailables. En consecuencia, mucha de la música de ese país se ha refugiado en el exilio.

Afganistán está en el vértice de una región con muy variadas culturas. De hecho, se ubica en una zona estratégica, cruce de caminos y puerta de entrada hacia el resto de Asia, China, y el subcontinente indio. Por eso, algunos comentaristas han querido ver en la beligerante reacción norteamericana a los atentados en Nueva York, además de las ya explícitas represalias contra el fundamentalismo terrorista, también una búsqueda de Estados Unidos por posicionarse en la región.

Pues bien, esta ubicación geográfica se aprecia musicalmente porque los sonidos de Afganistán reflejan una amplísima gama de influencias. En el sur y en el este del país habitan los pashtuns, poseedores de un estilo musical dramático y rítmico. En el oeste, el centro y el noreste están los dari, que hablan persa, cuya música tendría sonoridades más nostálgicas y románticas. Al norte viven los uszbeks, de lengua turca, con música épica y de graciosas danzas. Por lo demás, como es de esperarse, del encuentro y convivencia de estas tres grandes identidades sonoras han surgido nuevas fusiones a lo largo de dos corrientes distintivas: los géneros clásicos (klasik), por un lado, y la música popular (que era transmitida en la radio antes de los...

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