Ruta 66 / Conservador

AutorDiego Beas

¿Se podrá mantener? Mitt Romney tuvo una revelación. Sucedió el 9 de noviembre de 2004. Después de una reunión con un asesor científico que le explicó algunos detalles sobre diversos procedimientos abortivos y de investigación con células madre, el entonces Gobernador de Massachussets cayó en cuenta lo equivocado que había estado defendiendo una práctica que, repentinamente, le pareció "abarataba el precio de la vida" e iba en "contra de la dignidad humana".

De entrada, la anécdota podría parecer la historia de algún político converso más que, después de alguna experiencia esclarecedora o años de reflexión y debate, simplemente cambia de postura. Pero no lo es.

Si hacemos una lectura más profunda de la carrera política de Mitt Romney, resulta fácil darse cuenta que el cambio de posición obedece, más bien, a un hábil y calculado zigzagueo político que le permitió, a pesar de ser un republicano conservador, convertirse en Gobernador de uno de los estados más liberales de Estados Unidos.

La historia de cómo entró Romney en política es una particular mezcla de suerte, lazos familiares, éxito en los negocios y una sobredosis de ambición.

Pocos los saben, pero, al igual que la familia de George W. Bush, la de Romney también es parte de una saga política que se remonta varias décadas. Su padre, George W. Romney, fue un afamado Gobernador de Michigan que compitió sin éxito por la nominación presidencial republicana -contra Nixon- y terminó ocupando una secretaría de Estado en el gobierno de éste.

George W. Romney tiene un ángulo que a muchos lectores les resultará interesante: nació en el estado mexicano de Chihuahua debido a que sus abuelos -mormones- se establecieron allí después de ser perseguidos en Estados Unidos por practicar la poligamia.

Al comienzo de la Revolución Mexicana la familia regresó a la Unión Americana y se estableció en la que se habría de convertir en la meca mormona, Salt Lake City, (Utah).

Menciono estos antecedentes porque, si bien muchos en Estados Unidos presumen y se enorgullecen de su envidiable sistema meritocrático, no se nos puede olvidar que así como existe un Barack Obama o un Bill Clinton -casos por antonomasia de políticos creados a sí mismos-, también existe un George W. Bush o un Mitt Romney.

El logro político más importante de Romney, hasta la fecha, han sido sus cuatro años al frente del gobierno de Massachussets. Antes, sin embargo, ya había intentado entrar en política por la puerta equivocada: en 1994...

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