Las rutas ocultas de Madrid

AutorCarlos Rubio-Rosell

Corresponsal

MADRID.- Tras sus grandes y majestuosos edificios, museos históricos, sus famosas plazas y zonas turísticas, Madrid esconde una serie de recorridos con mucho encanto, en los que es posible realizar todo tipo de experiencias. Para ello sólo hace falta un poco de curiosidad, un toque aventurero y muchas ganas de desviarse de las rutas habituales que proponen la mayoría de las guías de viaje.

La ruta que sugerimos en esta ocasión corre paralela a una de las arterias más populares de Madrid, el Paseo de Recoletos, en el corazón de la capital española, y ofrece una caminata corta pero muy intensa, donde el viajero podrá degustar -en ambientes refinados y agradables- platos típicos del Madrid castizo, delicias del mar del norte, vinos de altísima calidad, excelente café y las clásicas tapas y cañas.

Así como comprar ropa de firmas exclusivas, adquirir joyas vanguardistas de diseñador, embellecerse, adquirir piezas de arte e incluso probar las famosas cremas, perfumes y aguas de colonia de la célebre casa florentina Officina Profumo-Farmacéutica di Santa María Novella, algunas de cuyas fórmulas datan del siglo 13.

Para realizar este recorrido es necesario situarse en el famoso Café Gijón (punto de partida), en el margen izquierdo del Paseo de Recoletos mirando hacia el norte. A unos pasos de la Plaza de Colón está la Calle Almirante, una muy estrecha calzada en cuyo número 30 se encuentra nuestra primera parada: La Taberna del Gijón (1), un coqueto bistro de fachada decimonónica donde se pueden almacenar energías degustando sus tapas y raciones típicas y, si se tiene apetito y ganas de saborear la cocina más castiza de Madrid, pedir unos magníficos callos a la madrileña, especialidad de la casa.

Al salir, justo enfrente en el número 25, se encuentra la boutique de la marca francesa Zadig & Voltaire (2), una firma de moda joven con un toque chic cuyos suéteres son la mejor opción, ya que están elaborados con las mejores lanas del mundo.

Cruzando la calle, en el número 26, el viajero puede apreciar la hermosa tienda de la firma florentina de cosméticos Santa María Novella (3), cuyos preciosos tarros de perfume, esencias y herbolaria, recuerdan que se trata de una de las casas más antiguas del sector. Su historia se remonta varios siglos atrás, cuando un grupo de frailes dominicos comenzó a preparar bálsamos y pomadas con plantas de sus propios huertos para la pequeña enfermería del convento adyacente a la plaza de Santa María Novella...

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