'Sólo se oyó un trueno'

AutorFrancisco Rivas y Henia Prado

Corresponsal y enviada

ELOXOCHITLÁN.- El autobús de la Línea Sierra Negra sepultado por un alud a unos 500 metros de la comunidad de Zacacoapan viajaba a su máxima capacidad.

Según los vecinos, la unidad trasladaba a unos 60 pasajeros.

"Varias personas que nos encontrábamos en un evento oficial vimos cuando pasó el autobús y viajaba al tope, lleno, podemos decir que con unas 60 personas", dijo Rosario Trujillo, auxiliar del ayuntamiento de Eloxochitlán.

"Es una verdadera tragedia, porque iba mucha gente y nunca antes había pasado algo igual, es una situación de mucho dolor", manifestó.

Marcos Pérez, vecino de la comunidad de Tepepan, también del municipio de Eloxochitlán, fue otro testigo de las condiciones en que transitaba la unidad de pasajeros.

"Iba repleto, no sé cuántos le quepan, pero por lo que vi no cabía nadie más".

Mario González, otro habitante del lugar, dijo que escucharon como un trueno, y corrieron para ver si podía ayudar, pero no pudieron hacer nada.

"Sólo se oyó un trueno y que se abría la tierra, pero no pudimos ayudar", señaló.

Debido a que para llegar al poblado hay que circular en automóvil más de tres hosras, la ayuda de los cuerpos de rescate llegó hasta las 13:00 horas.

Al filo de las 18:00 horas fue rescatado el cuerpo de una mujer, quien fue identificada por familiares y amigos como Luisa de Jesús González, de 28 años de edad.

"Era una hermana que pertenecía a una iglesia cristiana e iba a predicar a varias casas, ella se subió al autobús como a las 6 de la mañana para visitar a un señor en San Miguel Eloxochitlán. Ahorita estamos orando por ella", dijo una vecina.

Beatriz Hernández García, otra de las personas que se encontraban en el lugar, señaló que en el autobús también viajaba su hermano Armando, de 22 años de edad, quien trabajaba en la línea de autobuses como checador.

Demetrio Moreno, inspector de Cuautlajapa, contó que a su amigo Federico Neri le salvó la vida su impuntualidad.

Cerca de las 7:00 horas salió de su casa para abordar el autobús rumbo a la ciudad de Tehuacán, pero no lo alcanzó, por más que corrió y gritó al chofer para que se detuviera.

Al desistir, pidió un aventón a un conductor que viajaba en una camioneta de redilas y que iba para el mismo rumbo, y quien aceptó llevarlo.

Ante la velocidad del camión, y el mejor ritmo de la unidad particular, el vehículo en el que...

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