Sabia virtud de compartir el tiempo

AutorAmérica Juárez

Muchas veces se ha visto como una manera de redimir almas y expiar culpas, como una actividad propia de mujeres de edad madura. Pero lejos de ser una práctica que sólo realizan "los que no tienen nada que hacer", el trabajo voluntario también implica un desarrollo profesional, si se lleva a cabo en el lugar adecuado y responde a las necesidades de quien se ofrece a realizarlo.

En países de Europa y en Estados Unidos, son comunes las redes de voluntarios que semanalmente dedican un determinado número de horas al trabajo social, con acciones sencillas como comprar la despensa de un anciano que ya no puede salir o cuidar a los niños de una vecina mientras regresa de trabajar.

En México existen varias personas que donan su tiempo, conocimientos o habilidades en las organizaciones no lucrativas, pero todavía falta estimular con mayor fuerza la participación de los ciudadanos en el trabajo social.

Lo que sucede con frecuencia es que, aunque las personas tengan disposición, no saben a dónde acudir o cómo pueden ayudar y, por el contrario, muchas instituciones, preocupadas por resolver necesidades inmediatas, no han vislumbrado la importancia del voluntariado.

"Estuve viviendo en el extranjero, donde todo el mundo participa en el voluntariado. Me impresionó cómo la gente se involucra, porque el trabajo voluntario está enfocado en otro sentido, no se ve como un sacrificio", cuenta Marieta Arbide, quien con esta experiencia regresó a México con la inquietud de poner en marcha una red de voluntarios.

Platicando con varios amigos, se enteró de la existencia del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), donde su idea encontró eco y se sumó a una serie de programas que esta institución ya opera como "Mira por los demás" o "Una hora por México".

"Encontré que mucha gente tiene la inquietud de hacer algo, pero algunos no querían trabajar con niños de la calle, porque se deprimen o con ancianos porque les da tristeza; otros no se involucraban porque no sabían dónde o no tenían mucho tiempo", señala Marieta.

Frente a estos argumentos, se concentró en crear "Manos a la obra", una red con mucha variedad de trabajo social, a donde las personas interesadas pueden llegar, decir en qué les gustaría colaborar y de acuerdo a sus intereses, ser canalizadas a la institución adecuada.

"Hemos contactado con muchas organizaciones no lucrativas, todas con una necesidad inmensa de voluntarios. Al principio muchas de ellas tenían la idea de contactar a gente que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR