El sabio y sus musas

AutorCristina Fernández del Valle

Hace casi cien años el filósofo libanés Gibran Kahlil Gibran anhelaba que su obra artística fuera reunida en algún museo de una gran ciudad.

"Uno de los sueños más amados de mi corazón es que [...] mi trabajo [...] se exhiba junto en algún museo o institución, en una gran ciudad, en donde la gente la pueda ver y quizá amar", escribió Gibran a su musa y mecenas, Mary Haskell, en 1913.

Ahora, al conmemorar 15 años de existencia, el Museo Soumaya le cumple el deseo al poeta con la muestra Gibran. El Profeta.

"Esta exposición [...] representa una oportunidad para dar una relectura de una obra de los personajes más interesantes y emblemáticos de la literatura universal", destacó Alfonso Miranda, director del Soumaya.

El proyecto inició hace dos años cuando el sobrino, ahijado y tocayo del filósofo se acercó a la Fundación Carlos Slim para mostrar la colección que le llevó toda una vida reunir.

El acervo incluye decenas de manuscritos, entre los que destacan los de "El Profeta" y "El Loco".

Además de plantear las máximas filosóficas de Gibran sobre la vida, el amor y el dolor, entre otros, conviven otras facetas suyas, fundamentalmente la de artista plástico, explicó el curador Héctor Palhares.

Autorretratos y mujeres nostálgicas encarnan 36 óleos del escritor.

"Él empieza a pintar desde niño. Tenemos en exhibición un cuaderno de bocetos realizado entre los 10 y 11 años", describió Palhares.

La exhibición también reúne fotografías, la mayoría tomadas por Fred Holland Day, que dan cuenta de los muchos exilios que vivió Gibrán, partiendo de su ciudad natal, Becharre, hasta Boston y Nueva York, que fueron sus principales asilos.

En dichas imágenes se aprecia un hombre con profunda carga espiritual, en muchas ocasiones melancólico, nostálgico y hasta depresivo.

"La fotografía va a traslucir a ese Gibran del día a día que va más allá de 'El Profeta'. Él mismo es el alter ego de su profeta", agregó.

La cotidianeidad del artista está latente en boinas, prendas de lino que le confeccionó su hermana Mariana y que están acompañadas por cartas, y hasta un bastón que tenía un compartimento secreto para guardar el arak, bebida alcohólica mediterránea predilecta...

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