Salir... sin hacerlo

AutorViridiana Martínez y Víctor Juárez

Sin pandemia, las graduaciones en sus colegios tenían que prepararse desde un año antes. En la nueva normalidad, los festejos terminaron en videoconferencia o, en el menor de los casos, en caravanas dentro de automóviles.

El incumplimiento de cualquier expectativa provoca frustración, asegura Alejandro Gutiérrez Cedeño, coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos Integrales (CESPI) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Dicho sentimiento afecta a miles de estudiantes cuyo cambio de grado se incluyó en los estragos de la pandemia. Las reacciones, asegura el experto, pueden ir desde el enojo, la ansiedad, la irritación, la desesperación, la tristeza o hasta la depresión. Como en el encierro, el acompañamiento de los padres en esta momento se vuelve fundamental... aunque a ellos también les afecte.

"La frustración es también del adulto, en donde iba a sacar la foto en las redes sociales", explica.

Lucía se graduó de preescolar en una escuela en la Alcaldía Miguel Hidalgo.

El plan original era una actividad artística a cargo de los alumnos el día de la entrega de documentos, un desayuno y juegos inflables. Sobre todo para los organizadores, la noticia de que el ciclo escolar terminaría y el resguardo domiciliario no se levantaba sorprendió a todos. La ceremonia tuvo que ser virtual y la documentación la recibieron durante una caravana frente a la escuela. Todos con cubrebocas y nadie podía bajarse. Al final, Lucía le encontró el...

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