Sin su Salvador

AutorAlejandra Benítez

En el América todavía extrañan a Salvador Cabañas.

Hace un año, al recibir un disparo en la cabeza, el delantero paraguayo se retiró prematuramente de las canchas y las Águilas todavía echan de menos a un hombre que se ponía el equipo al hombro y que era letal en las redes enemigas.

Pero también se echa de menos al otro "Salvador", aquel que en cuanto sabía que algún empleado del club pasaba por algún problema familiar, no dudaba en sacar 200 ó 300 dólares de su bolsa para ayudar a mitigar la pena, ese que todos los años que militó en el conjunto repartió de manera equitativa entre los utileros los viáticos que las Águilas le daban cada vez que salían de viaje al extranjero.

Incluso si el dinero no ajustaba para que las cantidades fueran iguales, abría su cartera para que a los héroes anónimos no les faltara para comprar regalos para su familia, porque sabía reconocer el arduo trabajo de estos hombres, a los que siempre les prodigaba una palmada, una sonrisa y hasta una que otra frase picante.

A pesar de que ha pasado un año del incidente en el Bar-Bar, sus tachones, zapatos y algunas playeras siguen intactas en Coapa, como si estuvieran esperando que regresara a entrenar, el martes por la mañana.

En el vestidor se puede apreciar una gran foto de él y muchos extrañan su fe, pues cada vez que había agua bendita rociaba sus rodillas y no saltaba a la cancha sin persignarse y encomendarse a Dios.

Sólo algunas cosas han quedado en el olvido, como por ejemplo, la manta que utilizó el club para ponerla en su fachada y en la que decían "Fuerza Chava, estamos contigo", ya que ahora se encuentra arrumbada en la azotea de las oficinas del Nido.

A Cabañas le gustaba hacer labores altruistas, ya que convirtió en "padrino de lujo" para Ministerios de Amor, una asociación altruista que ayuda a niños de escasos recursos. Sin embargo le molestaba que este tipo de acciones salieran a la luz pública, porque siempre quiso hacer el bien de manera anónima.

Pero la fama, el dinero y las continuas lisonjas de quienes se decían sus amigos lo hacían perder piso fuera de las canchas. Dos veces su matrimonio estuvo a punto de naufragar por las infidelidades, hoy su esposa María afirma que el percance ocurrido el 25 de enero del 2009 los acercó a Dios.

"Desde aquel día Dios fue mi refugio, nos hemos acercado mucho a él. Ahora mis hijos cambiarán su vida radicalmente y van a ser otras personas buscando el bien común, la niña (Mia Ivonne) lo cuida mucho, siempre está al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR