San Andrés: Las Islas de Coral
| Autor | Yaotzin Botello |
REFORMA / Enviado
SAN ANDRES, Colombia.- Y llegamos hasta la tierra donde las aguas frescas son maná que se transforma en buqué para la nariz y manjar para la boca. El departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es a veces nombrado aquí como la finca de los colombianos, un paraíso "cheverísimo" en el Caribe que combina el calor tropical con el de sus habitantes.
Al noroeste de Colombia, enfrente de las costas de Nicaragua, este archipiélago tiene la tercera barrera de coral más grande del mundo, después de Australia, que es la primera, y Belice-México, como la segunda.
Para ayudar a preservar esta barrera, el año pasado la UNESCO puso su distintivo sello: "Reserva de la Biosfera Seaflower".
Aquí la gente es blanca y negra, de origen inglés, francés, árabe y sudamericano, con creencias bautistas, protestantes, musulmanes, rastas y católicas. Se concentran mayormente en la Isla San Andrés, calificada como la más populosa del planeta: 70 mil habitantes en 25 kilómetros cuadrados.
Providencia sólo tiene 5 mil personas en 14 kilómetros cuadrados, y quien la visita la recuerda como una isla de ensueño, el rinconcito de los enamorados; Santa Catalina conforma la porción de tierra más pequeña de las tres islas habitadas, cuenta con 300 habitantes en no más de 2 kilómetros en su derredor.
Las Compras y la Fiesta
San Andrés se consolidó en 1953 como puerto libre, donde se pueden conseguir las mejores marcas de ropa y electrodomésticos a precios casi 30 por ciento menores que en Estados Unidos, por ejemplo.
Pero las compras no son todo. Los turistas que vienen, especialmente de Sudamérica, Europa, Canadá y Estados Unidos, llegan en calidad de retiro para compenetrarse con la naturaleza, leer decenas de libros o, en los casos más tenaces, practicar algún deporte acuático como buceo, esnorqueleo, veleo o moto de agua.
Las islas se pueden conocer sobre una "chiva", como se le llama al autobús, en el caso de San Andrés, o en caballo y lancha, en Providencia.
La vida nocturna es de "rumbeo", como se le llama a "bailar", con ritmos como el choti, calipso, vallenato, reggae, cumbia y una excelente y expropiada salsa. No hay inhibiciones, casi cualquiera puede bailar con cualquiera, y nada mejor que probar las cadencias locales.
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