San Cadilla

SON DE SEGUNDA

Cuando parecía que nada podría quitar de nuestras bocas lo que ocurrió el viernes en Veracruz, pues apareció el abominable show que vimos ayer en San Luis Potosí.

Las imágenes de gente llorando sobre la cancha del Estadio Alfonso Lastras luego de tener prácticamente que huir de la batalla campal que se desató en la tribuna son la perfecta ilustración de lo que ha sido un tristísimo regreso del futbol de Primera División a una plaza que esperó mucho tiempo y que solo ha demostrado que sigue mereciendo ser un equipo de Segunda, porque así se comporta.

De poco ha servido el prestigio de la organización del Atlético de Madrid, que controla al San Luis, porque los problemas empezaron desde su llegada, con detalles tan burdos como el cambio del uniforme, que ya le ganó animadversión entre su propia gente, que nunca ha dejado de protestar por ver a su equipo con unos colores extraños.

Pero eso es una minucia. San Luis ha sido una plaza de segunda desde su regreso a Primera con escándalos bochornosos como el que se vivió con el despido de Alfonso Sosa, acusado de insultar de manera homofóbica a un par de futbolistas sin que se le demostrara nada y haciendo aparecer como por arte de magia a Gustavo Matosas, o el despido de la doctora del equipo femenil a quien acusaron de haberle faltado el respeto a un directivo... Su gran falta de respeto fue denunciar que las chicas del San Luis Femenil estaban desnutridas y que no tenían ni las condiciones elementales para viajar y descansar.

Con una directiva que ha generado papelones como los que refiero, apenas es entendible cómo su afición, que trae cola de años atrás, haya ido escalando los problemas hasta volverse incontrolable.

La grada, enardecida por asuntos como el despido de Sosa o el cambio de colores, no ha hecho más que dar precisamente color desde el inicio del torneo... No han dejado de corear el apellido del técnico despedido cuantas veces han podido o pintado sectores de la tribuna de mostaza y azul, colores que defienden como suyos, pero también han sido autores de cientos de gritos de "ehhh, puto" pese a las campañas para erradicarlo... Y han ido más allá, pues apenas el 30 de septiembre pasado provocaron una multa para el club por hacer gritos de mono contra Miller Bolaños, jugador de color de Xolos, partido en el que también se escuchó de manera incesante el grito contra el portero.

Esos mismos que coreaban a Sosa, son los mismos que le gritaron "puto" a varios arqueros sin...

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