De San Juanico a Tlahuelilpan

AutorDulce Soto

San Juanico y Tlahuelilpan comparten el dolor de ver correr a sus habitantes envueltos en llamas y de contar decenas de heridos, desaparecidos y muertos tras explosiones en infraestructura de Pemex.

En noviembre de 1984, en plena crisis por las explosiones de San Juan Ixhuatepec, Estado de México, el entonces médico residente formado en la Escuela Superior de Medicina del IPN, Sergio Luján Olivar llegó al hospital y tuvo que buscar, en medio del caos, a los doctores titulares que enfrentaban una emergencia inédita, para preguntar cómo apoyaba en el tratamiento de los lesionados.

Ahora, a los 59 años, como jefe de la Unidad de Quemados del Hospital Magdalena de las Salinas y reconocido a nivel internacional por su trabajo para atender a personas con quemaduras, considera que la oferta de atención fue absolutamente diferente.

Unas horas después del siniestro, cirujanos plásticos, médicos internistas, enfermeras, anestesiólogos y todos los residentes estaban preparados y coordinados para atender a los lesionados que recibirían, detalla.

"Ya se tiene estandarizado el manejo del quemado, contamos con protocolos para contingencias. Yo creo que finalmente hemos entendido que trabajar a un paciente quemado tempranamente nos da muchos beneficios y nos disminuye secuelas".

El experto, que lidera al equipo médico que atiende a los heridos más graves por la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, el 18 de enero, considera que dos acciones ilustran cuánto ha mejorado la atención en el IMSS a los pacientes quemados.

La primera: "Si tú entraras a la unidad de quemados, pensarías todo menos que están quemados, porque no se les aprecia dolor físico en su cara", sostiene.

Y la segunda: "En los últimos 10 años (de todos los menores hospitalizados por quemaduras antes de Tlahuelilpan), tenemos nada más un niño muerto", explica el también especialista en medicina familiar, cirugía general, plástica y reconstructiva. Además, es investigador asociado del IMSS y catedrático en la UNAM.

Cifras oficiales apoyan su versión. De 1979 a 2009, el País registró una tasa de mortalidad por quemaduras de 2.32 por cada 100 mil habitantes. En 2015 se redujo a 0.5.

Nueve años después del siniestro en San Juanico -que dejó más heridos, pero no todos tan graves como los de Tlahuelilpan-, sobrevivientes evaluaron así la atención médica recibida en distintos hospitales: "Quedaron tan mal que prefieren no dar la cara"; "No han recibido la rehabilitación que se les...

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