'Schumajestad'

SUZUKA, Japón (AP/AFP/EFE/DPA).- La amargura de Ferrari murió al cumplir la mayoría de edad.

Tras 21 años de espera para la escudería italiana, el piloto alemán Michael Schumacher ganó ayer el campeonato de pilotos de Fórmula Uno, al imponerse en el Gran Premio de Japón, en el circuito de Suzuka.

Al imponerse en Japón sobre Mika Hakkinen, de McLaren-Mercedes, el alemán puso punto final a una larga espera caracterizada por la tensión, el suspenso y las especulaciones.

De esta manera, Schumacher alejó definitivamente las presiones y, sobre todo, el temor de tener que definir el campeonato dentro de 15 días en Sepang, Malasia. En Suzuka, "Schumi" logró su octava victoria de la temporada y la 43 de su trayectoria.

Al finalizar la competencia, el piloto se quedó durante varios segundos en su monoplaza inmovilizado en el parque cerrado. Recibió las felicitaciones de Jean Todt, director deportivo de la "Scuderia" y entonces se puso de pie en el auto, levantó los puños en alto y después los golpeó contra su casco.

Enseguida se acercó a darle la enhorabuena su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello, y después, le tocó el turno de darle la mano al gran derrotado, el finlandés Hakkinen y a David Coulthard, quien se limitó a las felicitaciones de rigor. Mientras tanto, el tricampeón no pudo evitar derramar una lágrima.

A continuación, Schumacher se precipitó hacia su equipo técnico, después le dio un prolongado beso a su mujer, Corinna, para con un "salto de canguro", su preferido, encaramarse en lo más alto del podio.

Con los ojos cerrados, el piloto escuchó el himno alemán y siguió el ritmo del italiano mientras mecía su trofeo y empapaba a Todt con champagne.

"Fue como en Monza. Pero no esperen que llore", dijo, Schumacher. "No encuentro las palabras para expresar lo que siento. Las condiciones fueron difíciles este domingo (ayer) y la temporada estuvo marcada por los altibajos. Es magnífico alcanzar una victoria después de una batalla como ésta, hasta la última curva. ¡Gracias, Mika!".

Schumacher se dejó sorprender por Hakkinen en la largada, a pesar de haber intentado cerrarle el camino. Sin embargo, el McLaren-Mercedes nunca le sacó una ventaja mayor de tres segundos, aunque el finlandés parecía sólido al frente y decidido a llevar el suspenso hasta el final, en la última prueba, en Malasia. Pero, Ferrari conoce de estrategias.

Cuando Hakkinen se detuvo por segunda vez en boxes, en la vuelta 37, la suerte de la carrera quedó echada...

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