El segundo aire

AutorEnrique Acevedo Quintana

Fotos: Gunther Sahagún

A punto de cumplir sus 76 años, el PRI se rehúsa a permanecer en la oposición a donde lo mandó Vicente Fox en el 2000. Es más, el tricolor está de regreso.

Orgulloso de su estructura, jactancioso de su presencia nacional y reanimado por su militancia y los éxitos electorales, el Revolucionario Institucional está empeñado en retomar Los Pinos. Se ha movilizado y preparado en estos cuatro años como para volver recargado. Lleno de vida.

Vive su segundo aire. Tan rejuvenecido se siente que su líder nacional, Roberto Madrazo, ya se ve con medio cuerpo en Los Pinos, "lo que más les gustaría a nuestros adversarios es que nos dividamos, ellos ya traen la persona, pero no traen el programa. Llegaron a Los Pinos, pero no saben cómo quedarse, y con las elecciones que les hemos ganado ya tienen medio cuerpo de fuera. El PRI tiene medio cuerpo en la Presidencia de la República", apostilló ante las huestes priistas el 1o. de febrero.

La diatriba no parece estar dirigida a sus contrincantes o ser parte de una estrategia mediática. No. La reposición del PRI es real. Su desempeño electoral lo avala.

Los resultados están a la vista. De las 31 capitales del país de mayor urbanización, el PRI controla 17. Tan sólo en los últimos tres años el tricolor recuperó Mexicali, Monterrey, Oaxaca, Puebla, Tuxtla Gutiérrez y Xalapa, y desde su salida de Los Pinos sólo ha perdido Chihuahua capital.

Como el pugilista que regresa para coronarse, el tricolor propinó un certero revés al PAN al arrebatarle 6 de los 10 municipios más poblados del país, imponiéndose en Ecatepec, Puebla, Ciudad Juárez, Tijuana, Monterrey y Zapopan, sumando 7 millones 511 mil mexicanos más a su liderazgo.

En Baja California, donde actualmente gobierna el PAN, el tricolor pasó de gobernar 77 mil habitantes a poco más de 2 millones, 80 por ciento de la población total, gracias a la victoria en la capital Mexicali y en las ciudades de Tijuana y Tecate.

Su presencia y éxitos electorales se extienden a nivel distrital, donde el revolucionario institucional ha logrado recuperar gran parte del terreno perdido. En las elecciones federales de 2003, el tricolor sumó 163 distritos de mayoría relativa, 31 más de los que tenía en 2000 cuando aún conservaba la Presidencia y sólo 2 menos que en 1997.

"Lo interesante de la victoria priista en las elecciones intermedias de 2003 es que gran parte de los distritos que recuperó pertenecían a la base electoral del PAN, a un voto duro mayoritariamente urbano.

"El PRI recobra distritos en Jalisco, Nuevo León y Guanajuato que en 1997 y 2000 favorecieron al PAN, y que son sectores de la población que le eran tradicionalmente adversos", señala Agustín Porras, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana y estudioso del comportamiento electoral mexicano.

El avance que ha tenido el Revolucionario Institucional en la geografía distrital parte de una sólida base de fieles simpatizantes, en su mayoría de sectores rurales e indígenas que han favorecido con su voto al partido durante las últimas tres elecciones federales: 1997, 2000 y 2003.

Este agregado poblacional, entendido como el "voto duro" o capital político del PRI, se ubica en 96 distritos electorales y suma alrededor de 6 millones de votos.

Es el mismo universo de votantes que comprende las organizaciones sindicales, campesinas, ganaderas, agrupaciones políticas y asociaciones civiles que forman el andamiaje corporativo del Revolucionario Institucional.

Al final, los resultados en las elecciones intermedias de 2003 dejaron al PRI en control del 45 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados y 47 por ciento de los espacios en el Senado, lo que le ha permitido seguir poniendo ritmo y tono a la política nacional.

"El PRI es un partido pragmático que todavía goza de su herencia corporativista, herencia que comprende las estructuras y redes locales que se construyeron durante el régimen y que siguen funcionando", añade Porras.

En este sentido, Carlos Vilalta, especialista en demografía electoral, destaca que la maquinaria del Revolucionario Institucional se ha mostrado "funcional" y representa su principal activo rumbo al 2006.

"El PRI es el único partido que está presente en todo el mapa y también el que tiene el voto más uniforme geográficamente. Su maquinaria es funcional, se ha mantenido pese a los embates internos y externos y es reactiva a la entrada de otros partidos en sus zonas de influencia. Invariablemente esto es causa necesaria pero no suficiente para ganar y hay ejemplos, léase el caso de Veracruz", opina.

Hay que aclarar, agrega, que el análisis geográfico del voto en este sexenio y para todos los partidos se ha complicado como resultado de las coaliciones electorales.

"Es cada vez más difícil seguir y modelar el comportamiento y el desempeño geográfico de los partidos visto este caleidoscopio en que se está convirtiendo México", resalta Vilalta, académico e investigador del Tecnológico de Monterrey.

Adicional al avance...

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