Una selva en extinción

AutorMarcela Turati

Las tortillas más caras de México provienen de la Selva Lacandona, pues los aldeanos usan árboles de caoba para cocerlas. Talan árboles que tardaron cientos de años en crecer y con ellos hacen chozas y muebles. A las plantas únicas y exóticas que quedan les prenden fuego para sembrar en su lugar matas de maíz.

"México podría ganar el récord Guinness a la ineptitud si pierde esta selva. No queremos que un error acabe con todo como ocurrió en la Amazonia, cuando por un incendio se perdieron de golpe cinco millones de hectáreas", dice Alejandro López Portillo Vargas, el encargado de cuidar el área protegida de la Lacandona.

Un recorrido aéreo por la zona, muestra con impotencia cómo se reduce este trópico localizado en Chiapas, el cual alberga una cuarta parte de las especies de plantas y animales que hay en México, además de que es el segundo más importante del continente.

"Ahí, en la comunidad 'El Iluminado', había una sola casa en octubre del año pasado, ahora ya tienen 25 y hasta animales. Estamos en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera decretada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad y estamos en una situación desastrosa. Hay árboles tirados", señala López Portillo Vargas.

Inclinado hacia la ventana derecha, cuando el helicóptero atraviesa los campos maiceros, explica que hace dos décadas todo el tramo de Palenque a Guatemala parecía una cortina verde, espesa, llena de selva.

Ahora otra cortina rodea al helicóptero, pero esta es de humo café, espeso, y huele a madera quemada. Son los incendios que vienen de Guatemala y de algunos predios del interior y fuera de la reserva, que los campesinos ocasionan para comenzar a cosechar.

El director de la Reserva de la Biosfera, conocida como Montes Azules, hace a un lado el mapa y explica con tristeza que de las casi 2 millones de hectáreas selváticas que había originalmente, hoy sólo quedan cerca de 500 mil. Pero lo más preocupante es que en la actualidad se destruyen 33 mil hectáreas al año.

"¿Cuánto tiempo de vida tiene la Lacandona?", repite para sí mismo la pregunta y enseguida contesta: "Los escenarios más exagerados le calculan 15 años de duración. Yo creo que más, pero con un solo incendio que se salga de control, puede perderse toda la selva en pocos días".

El helicóptero pasa por encima de dos chozas de techo de palma construidas apenas en 1998. El funcionario hace notar el tiradero de árboles provocado por las dos a cuatro familias que viven en el lugar y que para sembrar...

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