Sergio Aguayo / Los monólogos

AutorSergio Aguayo

El choque frontal entre John Ackerman y Sabina Berman, dos académicos cercanos a la 4T, es el barómetro de una polarización alimentada, en parte, por la indiferencia del defensor de la Audiencia del Canal 11 y de los organismos públicos encargados de tutelar los derechos humanos.

El martes 10 de noviembre inició la transmisión en vivo del programa John y Sabina. Había expectación para ver cómo manejaban las diferencias aireadas en los días previos, a través de las redes sociales. Sabina empezó conciliadora. Le propuso debatir "el tema coyuntural del momento":

la represión policiaca de la protesta pacífica en Cancún por el asesinato de Bianca Alejandrina: "John", le dijo, "¿qué piensas de ello?". Ackerman ignoró tanto la pregunta como a la colega. Como si no existieran, comenzó a entrevistar a Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación Pública.

La majadería generó una profunda irritación entre el feminismo y sus aliados. Peniley Ramírez capturó un sentir bastante extendido en su columna para El Universal: "en los días anteriores a la grabación del programa, Ackerman culpó, descalificó, ridiculizó, ofendió, humilló en público, intimidó y pretendió controlar a Berman desde su cuenta en Twitter".

El desencuentro tenía tiempo gestándose. En sus respectivas columnas, Ackerman fue transformando su vehemencia en intolerancia, mientras Berman expresaba sus críticas a algunas políticas de la 4T. La escritora también comentó a El País sobre ocho quejas privadas sobre Ackerman, presentadas ante la dirección del canal (fueron ignoradas). El detonante parece haber sido que Sabina aceptó compartir una mesa de análisis con Denise Dresser en Aristegui Noticias. John soltó una descalificación remojada en mala leche: "qué bueno que encontró una nueva pareja de mayor cercanía".

La disputa se convirtió en ejemplo del acoso laboral padecido por las mujeres. Sin descartar la presencia de algún resabio del macho autoritario, tras el enojo de Ackerman se advierte la frustración del comunicador incapaz de convencer a sus pares en los medios de comunicación. ¡Ni a Berman persuade! Ante ello, se ha atrincherado en denunciar una conspiración (jamás demostrada) de élites desplazadas que lo acosan, desde medios conservadores, por su gallarda defensa de la 4T y del Presidente.

Desde hace dos décadas he participado en la barra de opinión del Canal 11. El actual director, el senador José Antonio Álvarez Lima, ha...

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