Sergio Aguayo Quezada / Elogio a la Corte

AutorSergio Aguayo Quezada

Trascendente la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de perseverar en el esclarecimiento de la verdad en el caso de Lydia Cacho contra las autoridades de Puebla.

En el 2006 reapareció el coro monumental de loores a instituciones con olor de santidad. Es probable que quienes las enaltecen carezcan de experiencia directa con las encargadas de impartir justicia; por eso mismo es tan importante seguir el paradigmático caso de Lydia Cacho.

"Sorpresiva, tortuosa y costosa -así resume su experiencia jurídica Lydia Cacho en entrevista telefónica-. Mi experiencia se inició el 16 de diciembre del 2005 cuando judiciales poblanos me detuvieron en Quintana Roo para llevarme a Puebla por una demanda por difamación presentada por Kamel Nacif. Así empezó una de las experiencias más angustiantes de mi vida. Tardé meses en conseguir un abogado capaz y dispuesto a enfrentarse a las bandas del crimen organizado que trafican con niños y niñas y, por si fuera poco, con el gobernador del estado de Puebla. Todos me alababan pero nadie quería meterse. El primer abogado que tuve en Quintana Roo terminó cediendo ante las presiones. Finalmente encontré a Xavier Olea que aceptó defenderme después de venir a Cancún a entrevistarse con las víctimas. Y un abogado bueno hace la diferencia.

"El periodismo y la defensa de los derechos humanos dejan poco dinero y desde diciembre hasta la fecha llevo gastados unos 850 mil pesos que han salido, sobre todo, de las ventas de mi libro que se han disparado por la publicidad. Es tan caro porque llevo dos litigios y porque en asuntos de leyes y policías la corrupción y podredumbre siguen siendo inmensos. En Quintana Roo se ventila el asunto de la difamación y en la capital presenté una demanda en la Procuraduría General de la República contra el gobernador de Puebla Mario Marín, la procuradora y la jueza por colusión y torturas entre otros delitos cometidos en mi contra. Este último asunto llegó a la Suprema Corte ante la cual, te confieso, era bastante escéptica. Tuve una enorme sorpresa cuando el pasado 19 de septiembre decidieron profundizar en las investigaciones".

Todo inició con la publicación del libro Los demonios del Edén que documentaba la existencia de una red de pederastas con enorme fuerza política; uno de los mencionados fue el empresario Kamel Nacif que reaccionó con una demanda penal presentada en Puebla contra la autora, Lydia Cacho, que vive y trabaja en Cancún. En diciembre del 2005 llegaron...

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