Sergio Aguayo / Terror y dinero

AutorSergio Aguayo

A la memoria de Alejandro Chao Barona y su esposa Sara. Víctimas de la violencia criminal y la incompetencia gubernamental.

Cuando era Presidente, Felipe Calderón Hinojosa consideró pedir al gobierno estadounidense que calificara de "organismos terroristas" a los cárteles mexicanos. Con ello se hubiera reducido el costo social. ¿Por qué dio marcha atrás?

Quienes estudian al terrorismo y al crimen organizado coinciden en que la mejor manera de disminuir el poderío y la capacidad operativa de estas organizaciones es bloqueándoles el acceso y el manejo del dinero. Una tesis confirmada en el debilitamiento de la mafia italiana, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y, sobre todo, Al Qaeda.

Según fuentes bien informadas, Felipe Calderón estaba decidido a explorar ese camino y solicitar a Estados Unidos que incluyera a los cárteles mexicanos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras que elabora el Departamento de Estado (actualmente tiene 58, cuatro de ellas latinoamericanas). En Washington había quienes coincidían en la conveniencia de hacerlo.

Las bandas criminales mexicanas cumplen con los requisitos establecidos por la ley estadounidense. Así, aterrorizan a no combatientes, son una amenaza a la seguridad nacional estadounidense y tienen "motivaciones políticas" porque infiltran de manera deliberada, aunque desigual, a los tres niveles de gobierno. No es una exageración decir que han gobernado buena parte de Michoacán y que lo siguen haciendo en otros estados. Pese a todo esto, los gobiernos de ambos países terminaron desechando la posibilidad de calificarlos de terroristas. Aunque desconozco bastantes detalles de estas discusiones, he conversado con algunos protagonistas y eso me permite asegurar que los tres principales motivos se relacionan con la camisa de fuerza geopolítica creada por la vecindad geográfica.

La economía delincuencial se asienta en esa zona gris donde se traslapa lo legal con lo delincuencial. Cada transacción ilícita se conecta con la economía legítima por medio de la banca, los bienes raíces o el intenso comercio entre los dos países. Si el intercambio legal de bienes entre México y Estados Unidos ascendió en 2013 a 506 mil millones de dólares, ¿cuánto dinero se movió por la venta de narcóticos, la extorsión de migrantes y el contrabando de armas? Aunque la dimensión financiera es la parte menos conocida de la arquitectura...

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