Sergio González Rodríguez / 007: la vida y el cine

AutorSergio González Rodríguez

Una bala atraviesa la sala de un cine y mata a un espectador. Eric Hayot ha escrito que, si bien la literatura no es una tecnología, los modelos que emplea la academia para explicar su historia se basan en contenidos intrínsecos al desarrollo tecnológico. Es decir, acuden a conceptos como originalidad, novedad, progreso (In Literary Worlds, Oxford University Press, 2012). Esto lo atribuye a que, en el núcleo de tales modelos, está la idea de modernidad como un eje (centralidad y canon), que impide esclarecer la existencia de las literaturas no-occidentales.

Si se le toma la palabra al crítico estadounidense y se examina la narrativa cinematográfica, basada, por ejemplo, en las novelas de Ian Fleming y su personaje del Agente 007 de los servicios de inteligencia británica, se sabrá que la eurotecnología sí aplica en tanto modelo explicativo, ya que la industria y los relatos para la pantalla grande dinamizan la producción-difusión-recepción en obediencia al desarrollo tecnológico, y moldean el entendimiento de sus mundos literarios al igual que las expectativas de los espectadores.

La cultura actual debe considerar las distintas disciplinas (literatura, arte, música, cine, etcétera) bajo un planteamiento relacional: a pesar de la respectiva autonomía de cada una, ellas se vinculan entre sí. La idea de la caja de zapatos aislada de las demás cajas de zapatos es una mala propuesta para consumar una tarea crítica en la actualidad.

Como se sabe, el eurocentrismo de las industrias culturales ha accedido a un norteamericanismo tecnológico, un estadio emergente desde al menos medio siglo atrás por el dominio planetario del espectáculo, el cine, la música, el entretenimiento de corporaciones cuyo centro está en el cine de Hollywood, y cuyas nociones de originalidad, novedad, progreso se (retro)alimentan de su propia historia para refundarse en cada nuevo producto de cara al público. Por este ensamble entre creación y consumo, en muchas partes del mundo, lo no-occidental ha servido para potenciar la maquinaria del norteamericanismo tecnológico hasta originar las narrativas globales en el cine y las series televisivas ultracontemporáneas.

El cine de acción representa el mejor producto para comprender las intervenciones en la realidad que se presentan como espectáculo ilusorio y afectan la inmediatez más concreta. Las narrativas globales y películas sobre héroes provenientes de las historietas, la ciencia ficción, la literatura de espionaje, debido a...

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