Shanghai: Entre el comunismo y el consumismo

AutorIgor Galo

Foto: Igor Galo

Llegar a Shanghai a través de cualquiera de sus dos aeropuertos internacionales (Honquiao y Pudong) advierte al viajero lo que le espera durante su visita: una ciudad contradictoria y en plena transformación, con una población que vive en pleno siglo 21 pero donde la mayoría no habla inglés...

Shanghai es "controlada" directamente desde Pekín, desde lo más alto del Partido Comunista, al no considerarse una provincia más, sino un enclave estratégico del país.

Los 90 fueron la década de Shanghai, cuando el gobierno central chino impulsó su desarrollo y la llenó de rascacielos, como la Torre Jin Mao o la de TV, también llamada la Perla de Oriente. El último prodigio: el tren Maglev, el primero de levitación magnética que alcanza una velocidad de 420 kilómetros por hora en su trayecto entre el aeropuerto y el centro de la ciudad.

Más allá del comunismo

Después de un fuerte aislamiento del resto del mundo debido al comunismo y al centralismo de Pekín, en la actualidad el incremento del comercio de China con el exterior le ha inyectado nueva sangre al puerto.

Shanghai, punto de salida de la mayoría de los productos chinos, ha vuelto a ser la misma ciudad comercial y abierta al mundo que la convirtió a principios del siglo pasado en una tierra asediada por europeos, chinos y japoneses, lo cual provocó diversas guerras, conflictos diplomáticos y juegos de espías.

El paseo construido en la orilla del río Huangpu, que recibe el nombre de The Bund, y que se caracteriza por sus edificios neoclásicos europeos, vuelve a ser punto de encuentro de locales y extranjeros que se alojan en el histórico Hotel Peace, recinto donde se firmaron los tratados de paz de la Guerra del Opio, o se compran sedas en uno de los almacenes más famosos de la ciudad: Silk King, situado en la calle Nanjing.

La zona colonial de Shanghai aún remite al legendario puerto de marineros, aventureros y comerciantes de opio en un escenario que mezcla arquitectura clásica europea y motivos asiáticos, y que tantas veces se ha reflejado en películas y novelas.

De hecho, cualquier viajero (masculino) que pasee al anochecer por esas calles, con edificios con el glamour o el sabor del Hotel Metropole o la Casa de Aduanas, será invitado a probar, aun hoy en la China nominalmente comunista, "mercancías" humanas y sustancias ilegales.

Manhattan asiático

El Shanghai del siglo 21 se encuentra al otro lado del río, hacia el oeste, donde la urbe crece en el distrito de Pudong. Aquí está la torre de televisión Perla de Oriente, además de enormes centros comerciales y rascacielos que le han dado a la zona un aspecto de Manhattan asiático. Aquí está la torre Jin Mao, la...

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