'Me siento orgullosa'
| Autor | Leonardo González |
MONTERREY.- En esta familia, la enfermería no sólo es una vocación, es casi un gen que se lleva en la sangre, una herencia transmitida por Alicia González.
La subjefa de Educación e Investigación en el Hospital General de Zona No. 6 de Monterrey, recibió el 8 de enero de manos del Presidente Enrique Peña Nieto, el Premio al Mérito de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Lo de la herencia familiar es fácil de explicar: ella, su esposo, sus dos hijos, su hija y hasta una nuera, dedican su vida a auxiliar a los enfermos.
La distinción se otorga a un enfermero de cada entidad que ha destacado por logros, estudios o investigaciones, y se entrega en el marco del Día de la Enfermería, que se conmemora el 6 de enero.
"Más que nada me siento orgullosa, porque es necesario que se reconozca que los enfermeros pueden profesionalizarse, seguir estudiando y llegar a puestos directivos", señala la galardonada.
Aunque ya llevaba más de 10 años trabajando como enfermera, Alicia no había concluido la prepa, por lo que fue una de las primeras alumnas en cursar el bachillerato en línea en la Universidad Auntónoma de Nuevo León, de la que se graduó en 2005.
Después ingresó a la licenciatura de enfermería en la misma casa de estudios, y la maestría en educación en la Universidad Alfonso Reyes.
Actualmente es profesora en la Escuela de Enfermería del IMSS, y estudia el Doctorado en Enfermería en el Instituto México-Cubano Intal.
Cuando hace unos meses recibió la noticia de que sería premiada, Alicia recuerda que miró hacia el pasado y reafirmó su vocación.
UN SUEÑO DESDE NIÑA
Alicia dice que la enfermería es una vocación que descubrió desde que era niña.
"Cuando yo era niña hacía una cofia de trapo blanco y me la ponía para curar a las muñecas", narra, "siempre me ha gustado ayudar. Yo creo que cada uno nace con un don diferente y el mío fue el de ayudar a los otros".
Originaria de El Nigromante, en Pinos, Zacatecas, llegó a Monterrey a los 17 años para estudiar enfermería en el Instituto de Estudios de Enfermería Florencia Nightingale.
"Siempre pensaba: 'yo no me voy a quedar aquí en el rancho, porque si me quedo aquí, me voy a casar y llenar de familia y me quiero superar'", recuerda.
Para tener un techo y comida mientras estudiaba, trabajó y vivió en una casa-hogar. Ahí cuidó a personas mayores enfermas.
LA HERENCIA
En las reuniones de los Delgado González, sobran los uniformes blancos, las cofias, los consejos y las charlas sobre la labor...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba