Símbolos patrios y la Suprema Corte: El 'masiosare' de un poeta

AutorVíctor Fuentes

La discusión, en teoría, no debía ser sobre el poema. Pero una vez que el poema fue leído al público presente en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia, en su sesión del pasado 5 de octubre, quedó claro que la sentencia inevitablemente derivaría de las reacciones personales que genera semejante texto.

El autor es Sergio Witz, de Campeche, quien lo publicó en una revista local. La PGR, un juez federal de aquella ciudad y tres ministros de la Corte coincidieron en que, además de mediocre en su calidad artística, es un ultraje a los símbolos patrios. Y eso, en México, es un delito.

José de Jesús Gudiño, que durante una década ha ido consolidando su posición como el ministro más imprevisible de la Corte, leyó para que a todos les quedara bien claro:

"Yo me seco el orín de la bandera de mi país,/

este trapo sobre el que se acuestan los perros y que nada representa,/

salvo tres colores y un águila que me producen un vómito nacionalista,/

o tal vez un verso López Velardiano, de cuya influencia estoy lejos yo, natural de esta tierra./

Me limpio el culo con la bandera y los invito a hacer lo mismo, verán a la patria entre la mierda de un poeta".

José Ramón Cossío, a cargo del proyecto de sentencia, había antecedido a Gudiño en el uso de la palabra, y se había cuidado de no leer el poema.

Durante meses, el más joven de los ministros había buscado colocar el caso Witz en el Pleno de la Corte. Lo veía como una oportunidad para forzar a sus colegas -acostumbrados al debate técnico-jurídico- a la inusual actividad de revelar, públicamente, sus sentimientos sobre los límites de la libertad de expresión en nuestro país.

Uno de esos límites está en el artículo 191 del Código Penal Federal, que sanciona a quien ultraje "de obra o palabra" al escudo de la República o al pabellón nacional.

En la práctica el castigo es simbólico, pues si bien está prevista pena de cárcel, es casi imposible que llegue a aplicarse a una persona como Witz, desprovista de antecedentes penales. Pero el hecho es que hay persecución y proceso penal, y una sanción, aunque sea de multa.

Cossío nunca logró llevar el asunto al Pleno, donde los 11 ministros lo hubieran revisado, y se conformó con la Primera Sala. La esperanza del ministro era lograr una discusión abstracta, es decir, limitarse a contrastar el artículo 191 con la Carta Magna, sin entrar en los detalles del caso Witz.

Pero el debate no solo se metió con los hechos particulares, sino también con temas como la...

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