Sinaia, memoria del exilio español

AutorFrancisco Morales V.

Al equipo de redacción del periódico del barco le tomó dos días confirmar la noticia para sus lectores, pero al final pudo hacerlo: a bordo del Sinaia, el vapor que partió de Francia con mil 599 exiliados españoles, se descubrió un "polizón".

"¡Un recién nacido! ¡Un polizón a bordo! ¿Es niño? ¿Es niña?", se preguntaba el rotativo tamaño carta, también llamado Sinaia, que se imprimía en el barco a manera de diario del trayecto largo, anhelante, de los asilados hacia Veracruz.

Hija del dibujante Evaristo Caparrós y de su esposa, Victoria Cruz, la bebé Susana Sinaia del Mar Caparrós Cruz provocó un alboroto tremendo a bordo del barco: la vida seguía.

"La pequeñita nos tuvo movilizados las 24 horas del día", relató el diario en su edición del 1 de junio de 1939. "Desfilaron los Comités, la Sra. Gamboa (encargada del Gobierno Mexicano a bordo), el fotógrafo Chim y... a ver si lo celebramos".

Había, pues, motivos para celebrar, incluso en un viaje orquestado, a toda prisa y determinación por los gobiernos de México y España, para liberar del horror de la guerra, el hacinamiento y la persecución a la primera oleada de republicanos que escapaban del franquismo hacia América.

En ese vapor de manufactura escocesa, que arribaría al Puerto de Veracruz el 13 de junio de 1939, hace exactamente 80 años, al otro lado de la vida de la pequeña Susana Sinaia del Mar se encontraba Antonio Zozaya, un escritor muy ilustre que, a bordo, cumplió los 80 años de edad.

En el segundo día de la travesía, reunidos todos en cubierta, Zozaya tomó un micrófono y, al cruzar el barco por el Estrecho de Gibraltar, pronunció un discurso, a sabiendas de que nunca más volvería a ver tierra española.

"Tú, España, resurgirás más deslumbrante y poderosa que nunca. A ti volverán, con el cuerpo o con el pensamiento, los desterrados en este mar, que nos parece de lágrimas", leyó de un texto que, al día siguiente, reproduciría íntegro el Sinaia.

Entre los muchos presentes en el discurso de despedida estaba Adolfo Sánchez Vázquez, entonces de 23 años, quien llegaría a ser un importante filósofo marxista y profesor emérito de la UNAM.

"Un recuerdo imborrable que me acompañará toda la vida", escribió sobre ese día, 50 años después, sobre la llegada del Sinaia a México.

Quien desee adentrarse en la vida valiente del barco no tiene más que consultar los 18 volúmenes que se imprimieron del Sinaia y que se resguardan, íntegramente, en el Archivo y Biblioteca del Ateneo Español de México.

Con...

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