Jaswant Singh / El dilema nuclear indio

AutorJaswant Singh

El desastre nuclear japonés ha alimentado temor e incertidumbre entre los productores de energía nuclear del mundo entero. Para India, un país falto de energía, hay mucho en juego.

Ese factor de miedo tiene dos causas principales. Si bien la energía nuclear es considerada una fuente energética "limpia", está también acompañada por la terrible sombra de la guerra nuclear desde que Japón experimentó su última catástrofe atómica, hace 65 años en Hiroshima y Nagasaki, y se asocia automáticamente a destrucción masiva y muerte. Además, el hermetismo que gira en torno a todo lo "nuclear" ha impedido que la gente esté suficientemente informada para tener confianza.

El miedo inspirado por el desastre de Fukushima Daiichi se reflejará en el disparo global de los costos de la energía nuclear, debido en gran parte a exigencias de mejora en materia de seguridad y la necesidad de pagar más por asegurar los riesgos potenciales. De hecho, las plantas nucleares son propensas a una forma de "transferencia de pánico". Si acaso un reactor de un diseño dado falla, el conjunto de los reactores de ese tipo serán apagados instantáneamente en el mundo entero.

El dilema indio es el siguiente: cuenta con 20 plantas nucleares en operación y otras 23 encargadas. Dadas las carencias extremas del país en materia eléctrica y la necesidad imperiosa de energía para crecer, ciudadanos preocupados se preguntan si la nuclear aún es la respuesta para India.

El Primer Ministro indio, Manmohan Singh, ha anunciado con prudencia que se emprenderá una "revisión especial de seguridad" de todas las plantas. "No basta", replican 50 indios destacados, quienes exigieron a finales de marzo una "modificación radical" de todas las políticas nacionales de energía nuclear. El grupo también exhortó a una auditoría de seguridad independiente y transparente de todas las instalaciones nucleares con la participación de organizaciones de la sociedad civil y expertos ajenos al Departamento de Energía Atómica.

¿Cómo han reaccionado otros países? Francia, que depende aproximadamente en un 80 por ciento de la energía nuclear y es un exportador significativo de tecnología para plantas nucleares, escapó inicialmente a la mayoría de las preocupaciones antinucleares globales. Pero también promete ahora sacar las lecciones necesarias del suceso japonés y modernizar sus procedimientos de seguridad, incluyendo una reevaluación de los efectos potenciales de los desastres naturales en las operaciones de las...

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