SOBREAVISO / Te lo firmo y te lo incumplo

AutorRené Delgado

Tan de cabeza están las cosas que Enrique Peña Nieto ha transformado su slogan de campaña te lo firmo y te lo cumplo en el recurso presidencial que reza te lo firmo y te lo incumplo.

Al menos durante esta semana así se vieron los compromisos presidenciales adquiridos, por un lado, con la comunidad lésbico gay en relación con la iniciativa presidencial que consagraría en la Constitución el derecho al matrimonio igualitario y, por otro lado, con la sociedad al señalar que la inconformidad magisterial había tocado su límite y la administración actuaría en consecuencia.

Quizá a esa incapacidad de concretar promesas y compromisos, obedece la modificación del formato del mensaje presidencial que, ahora, deja de lado fijar postura frente a sectores importantes del Estado. Deja de lado rendir cuentas a la nación, en un momento en que ésta requiere saber qué piensa de la situación la principal figura del régimen político.

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Hace ocho días se señalaba en este espacio que, frente al compromiso de impulsar una iniciativa presidencial que reconociera en la Constitución el derecho al matrimonio igualitario, el mandatario tenía tres opciones.

La primera: reconocer el derecho y la dificultad de consagrarlo en la Constitución, apelar a la comprensión de la comunidad beneficiada con la iniciativa a partir de una reflexión seria de su complejidad y proceder a retirarla. La segunda: sostener el compromiso pese a la resistencia de la cúpula eclesial y los movimientos laicos conservadores y, en ese sentido, impulsarlo y hacer gala de congruencia. La tercera: zafarse del compromiso, endosando al Congreso la responsabilidad de atender o no la iniciativa y reponiendo la máxima foxista de que el Presidente propone y el Legislativo dispone.

Pues, por lo visto, el jefe del Ejecutivo se inclinó por la tercera: evadir la responsabilidad y endosar al Legislativo el destino de la iniciativa comprometida por él.

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Puede pensarse que el mandatario llegó a esa conclusión a raíz de la postura asumida por el buen pastor del rebaño tricolor en el Senado de la República, Emilio Gamboa.

Ahora resulta que ese soldado tricolor de la voluntad del Presidente en turno es un legislador libre e independiente. Tanto así que es capaz de discrepar de su jefe político, Enrique Peña Nieto, desatender la iniciativa enviada por éste y enmendarle la plana.

En opinión de Emilio Gamboa, el matrimonio igualitario no forma parte de las prioridades legislativas ni sociales, constituye un...

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