SOBREAVISO / El talón de... Enrique

AutorRené Delgado

Justo en el momento de su mayor fragilidad -cuando ya no es gobernador y tampoco candidato oficial- Enrique Peña deja ver su talón de Aquiles.

Los cuatro pilares de la plataforma que armó para lanzar su candidatura presidencial muestran fallas que, de no corregirse rápida y eficazmente, debilitarán su aspiración y ambición política.

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Los pilares de esa plataforma de lanzamiento fueron y son: el recurso mediático para figurar como presidenciable; el apadrinamiento de candidatos a gobiernos estatales para comprometer, en reciprocidad, el apoyo a la campaña del mexiquense; el aseguramiento de posiciones parlamentarias y partidistas; y, por último, el establecimiento de alianzas a diestra y siniestra para fortalecer su posibilidad.

Hoy, esos pilares no muestran la solidez necesaria para amparar la pretensión de Enrique Peña y, en más de un caso, la inversión política realizada no arroja el dividendo esperado.

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El pilar que exige un relevo inmediato es el de la presidencia del Partido Revolucionario Institucional.

La presencia de Humberto Moreira en la dirección del PRI más pronto que inmediatamente pasó a convertirse en un pasivo político. La apuesta del peñismo por el coahuilense partía de la idea de obtener cuatro beneficios: uno, controlar la estructura del partido; dos, equilibrar el discurso político entre el dirigente y el precandidato; tres, acercarse a lideresa del magisterio, Elba Esther Gordillo; y, cuatro, desestabilizar al panismo a partir de cierta rijosidad política y atajar, así, los obuses contra el precandidato mexiquense.

Las cosas, empero, no se dieron como estaba previsto. La misma ceremonia en que Moreira asumió la dirección del partido echó por tierra la idea de acreditar "a una nueva generación de políticos priistas". En la liturgia y el discurso, Moreira dejó ver la nostalgia por los usos y las costumbres de un priismo irrepetible.

Si bien, después, Moreira consiguió llevar al calderonismo donde lo quería tener y desestabilizarlo a partir de la provocación, de inmediato se vio impedido para mantenerlo ahí. Los negocios aparentemente de Vicente Chaires Yáñez, su colaborador cercano, le abrieron un flanco que no supo resolver y, luego, el bárbaro endeudamiento en que, bajo engaños y falsificaciones, su gobierno dejó a Coahuila acabaron por vulnerar su autoridad dentro y fuera del partido.

Hoy, el peñismo sabe que la presidencia de Humberto Moreira en el PRI es insostenible. Sabe eso como también la dificultad de...

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