Sobresalen por su creatividad

AutorStaff, Ricardo Dorantes y Marco Antonio Mata

Fotos Arquitectas: Carlos Figueroa, Jorge Delgado y Roberto Antillón

En 1939 María Luisa Dehesa y Gómez Farías obtuvo mención honorífica por su tesis en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue la primera mujer mexicana -y de toda América Latina- en obtener su cédula profesional como arquitecta.

A 76 años de que se abriera aquella puerta, la cantidad de hombres y mujeres que estudian la disciplina se ha equilibrado, por lo menos en la casa de estudios que fuera el alma máter de Dehesa. Datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior arrojan que en el ciclo escolar 2013-2014, por ejemplo, se reportaron 3 mil 72 alumnas en esta carrera, lo que equivale al 47 por ciento del estudiantado.

Entremuros consultó a 80 profesionales del ramo para que nombraran a la arquitecta del País que consideran como la más destacada en la actualidad. Como resultado, cinco profesionales de distintas generaciones sobresalieron por su notable creatividad para diseñar y construir.

TATIANA BILBAO

EN CONSTANTE APRENDIZAJE

Staff

Reconocimientos nacionales e internacionales, como el Premio al Joven Arquitecto del Año del CAM-SAM, el Emerging Voices de la Architectural League of New York, el Kunstpreis Berlin de la Akademie der Künste y, más recientemente, el Premio Mundial de Arquitectura Sostenible otorgado por la Fundación Locus y la UNESCO, destacan en la carrera de Tatiana Bilbao.

Para ella, los premios son señales de que va por buen camino y de que sus esfuerzos rinden frutos, pero tienen también otro significado.

"Es una responsabilidad muy grande porque se genera una expectativa muy fuerte, entonces sí es un peso encima", confiesa la egresada de la Universidad Iberoamericana.

El desasosiego que acaso le causa esta idea no ha impedido la internacionalización de su despacho, que actualmente tiene proyectos en Guatemala, Francia y España.

"Siempre he estado buscando referencias en el exterior y en la localidad. A lo mejor eso me llevó a estar ahí, pero no fue algo que planeé", explica Bilbao. "Se fue dando".

Su incorporación como profesora a la Universidad de Yale, en Estados Unidos, ocurrió de manera similar, pues un día recibió una carta invitándola a dar clases, oportunidad que aprovechó.

"Me encanta la academia", asegura. "Para mí es verdaderamente un aprendizaje continuo, un reto muy grande, sobre todo con gente tan estimulada".

Enseñar, al igual que proyectar edificios, es algo que traía en la sangre; heredó la arquitectura de su abuelo, tíos y primos, mientras que sus padres, ambos maestros, le dejaron el interés por la docencia.

ESPACIOS QUE POTENCIAN VIDAS

En la opinión de Bilbao, las responsabilidades del gremio al que pertenece no se limitan a diseñar y construir estructuras estables.

La importancia social del trabajo que ella y sus colegas realizan recae en su capacidad de cambiar la vida de un ser humano y de unir o disgregar una comunidad entera.

Además, prefiere no describir la arquitectura como "sostenible", pues considera que ésta es una característica intrínseca de su profesión.

"En el periodo que yo he sido consciente de esto, las dos palabras se separaron, lo cual es muy grave porque denota que la arquitectura fue respondiendo a un capital económico más que a su propio principio", asevera.

"La arquitectura tiene que responder de la manera más responsable al contexto en el que se encuentra, social, político, económico y medioambiental".

Una ausencia de esta concepción más amplia de lo que implica la proyección de espacios ha afectado, según la artífice, al más importante de todos: la vivienda.

Un claro ejemplo es la construcción de conjuntos de miles de casas que concentran familias en lugares definidos, pero, irónicamente, no generan comunidad.

"¿Dónde están los servicios? ¿Dónde tienen puntos de encuentro, de intercambio, culturales, educativos, deportivos, económicos?", cuestiona. "¿Cómo es posible que estemos pensando que sólo importa diseñar bien 43 metros cuadrados, cuando eso no va a hacer que el espacio esté mejor?".

La propia Bilbao ha respondido a esta inquietud de la mejor manera que sabe: trazando.

El resultado fue un prototipo residencial destinado a población necesitada, con un costo de entre 80 mil y 120 mil pesos que puede alcanzar hasta 120 metros cuadrados de construcción, y que fue seleccionado para ser mostrado en la Bienal de Chicago.

Estructuras anónimas y faltas de identidad también se reproducen en metrópolis alrededor del mundo en forma de grandes rascacielos, incluida la Ciudad de México, donde la interacción e intercambio entre las personas son mínimos.

"Me gustaría pensar que puede haber una tipología distinta de cómo vivir verticalmente, que refleje, tenga vida, que haya gente", concluye.

En Corto

+ Dar clases en Yale le abrió las puertas a Tatiana en otras universidades, como Columbia, Princeton y Rice.

+ Le gusta utilizar los materiales expuestos, que se vean y se entienda de dónde vienen.

+ Ella le daría el premio Pritzker a Oscar Hagerman por el bien que hace a la sociedad.

+ No tiene hobbies, pues el tiempo que no pasa en el trabajo lo dedica a ser mamá.

+ Ciudad Universitaria es uno de sus espacios favoritos de la Ciudad.

+ Defiende que si hubiera más arquitectas destacadas, la competencia entre hombres y mujeres en este campo sería más leal.

"La arquitectura tiene que responder de...

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