Sobreviven niños al encierro y abandono

AutorYáscara López

A sus 6 años de edad, Ariel apenas pesa 16 kilos, 5 por debajo de lo que debería ser su peso ideal. Tiene anemia.

Sus hermanos, Alejandro, de 12 años; Hayat, de 8, y Jesús, de 3, están en condiciones similares.

Su madre, Viridiana Jiménez Gutiérrez, solía dejarlos encerrados en un pequeño departamento de la Colonia Prohogar, en Azcapotzalco, cuando salía a trabajar como sexoservidora.

El espacio constaba de dos habitaciones sin focos. Solamente en el baño había luz. Los colores beige y azul de las paredes apenas se veían debido a la mugre y el salitre de la humedad.

Ahí vivían desde hacía cuatro años, cuando el padre, Alejandro Núñez Saldívar, cayó preso en el Reclusorio Norte por robo.

Los vecinos pocas veces veían a Viridiana. Sólo oían el llanto de los niños, quienes se veían obligados a comer el yeso de las paredes y a espantar a patadas a las ratas que merodeaban por el lugar.

A veces, los vecinos les dejaban comida afuera de la puerta. Los niños solían tomarla... hasta que la madre se los prohibió.

"Como ya no comían tanto, Ariel se puso...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR