'La sociedad no está indefensa'

AutorAndro Aguilar

Inacabada, la transición mexicana entra a una nueva etapa crucial en la que la sociedad civil, como nunca antes, tiene posibilidades de beneficiarse de este proceso, sostiene el investigador Sergio Aguayo.

Autor de un nuevo libro sobre la transición, Aguayo afirma que hasta el momento la redistribución del poder político y económico -causa y consecuencia del debilitamiento del presidencialismo en los años ochenta- ha sido insuficiente, desigual y no ha generado un saldo positivo para la ciudadanía.

"No hay ninguna duda, los indicadores son clarísimos: en términos de distribución del ingreso, capacidad para resistir la inseguridad, en cualquier variable que se tome", comenta el profesor de El Colegio de México.

Sin embargo, considera que nunca antes la sociedad había tenido tantas opciones para allegarse información, organizarse y movilizarse.

"La sociedad no está indefensa. Tenemos una situación muy positiva y privilegiada para lanzarnos hacia un reajuste en la cantidad de poder a disposición de la sociedad. Sí existen las condiciones para que eso se dé, como nunca antes, ésa va a ser la nueva etapa: una sociedad que entendió que nadie la está representando adecuadamente, y que tiene que encontrar las fórmulas para contrarrestar ese desequilibrio tan marcado entre un consumidor y los organismos privados y estatales", indica.

Convencido de que el mapa de coto de poder dependerá de lo que haga la sociedad, Aguayo destaca la función de la marcha ciudadana de este domingo 8 de mayo convocada por el poeta Javier Sicilia, cuyo punto más importante es la unidad antes ausente entre distintos sectores sociales -"conservadores, progresistas y de centro"- en torno a un pliego petitorio concreto.

El académico considera que la calle vuelve a ser el punto geográfico donde se plasma el impulso colectivo, y el momento en que concluyen y convergen las demandas y deseos ciudadanos. La marcha es un reflejo de la organización civil.

"Todos los participantes de la marcha creemos que la democracia no está funcionando y queremos encauzarla y salvarla; la marcha en sí misma es una expresión de un estado de ánimo, pero a las marchas se llevan propuestas y de ahí salen también programas y proyectos.

"No son sólo de seguridad, incluyen otros temas. Cada uno de los participantes lleva a la marcha sus inquietudes, pero de ahí mismo salen otras iniciativas o se construyen los consensos. Tendrá éxito en la medida que arroje acciones unitarias de grupos en torno a...

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