Sonríe Kalimba tras pruebas

Autorbel Barajas

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CHETUMAL.- Como si fuera un capo del narcotráfico o un reo de alta peligrosidad, Kalimba fue presentado ayer en la reconstrucción de hechos en el hotel Grand Marlon esposado, con un uniforme carcelario de overol naranja y escoltado por agentes con armas largas que lo trasladaron en un convoy de cinco vehículos.

La Policía de Quintana Roo preparó su llegada desde las 4:45 horas con vallas que cerraron el tránsito vehicular a una cuadra del hotel; los agentes colocaron cintas para aislar la zona e impedir el paso desde un camellón.

Kalimba portaba un Nuevo Testamento en versión bilingüe, que, al llegar a la diligencia, hojeó nerviosamente hasta detenerse en el capítulo 24 del libro de Mateo, que inicia con Jesús advirtiendo a sus discípulos: "no quedará aquí piedra sobre piedra".

De las 5:38 a las 12:30 horas revivió la historia que lo envió a una cárcel donde el overol naranja es destinado a internos que acuden a diligencias fuera del penal.

Recorrió los pasillos y entró a dos habitaciones; en una, para recrear lo ocurrido el 19 de diciembre por la mañana, cuando supuestamente violó a Daniela, estudiante de 17 años y edecán.

Fueron dos diligencias específicas: la reconstrucción de lo sucedido en el cuarto 201, donde presuntamente la atacó, y la prueba pericial de resonancia para medir el ruido producido por gritos.

A Kalimba lo rodeaban cuatro escoltas; el Comisionado de Seguridad Pública estatal, Gumersindo Jiménez; el Subsecretario de Seguridad, Didier Vázquez; el fiscal de la Procuraduría de Justicia, Juan Carlos Pech, y la directora de Control de Procesos, Ana Teresita Rodríguez.

Apenas iniciaron los peritajes, el Juez Daniel Farah Godoy se ubicó tras el mostrador de la recepción para dirigir las diligencias; al frente tenía a los abogados Eliser García y Rodrigo Cejudo y al perito en criminalística Arturo Rosete.

La primera acción que instruyó fue medir distancias. Los peritos informaron que entre la entrada del hotel y una terraza había 11.3 metros, y hasta el final de la terraza eran 19.52 metros. El dato importante, la distancia de la recepción al cuarto 201, se fijó en 35 metros.

Luego pidió a una agente, Guadalupe, representar a Daniela y gritar desde el cuarto. En la primera prueba no fueron escuchados en la recepción los gritos de la agente, recostada boca abajo y con ventana y puerta cerradas.

Ante el silencio, Kalimba mostró ansiedad, enrollaba con una mano un pequeño pedazo de papel, pellizcaba insistentemente sus dos...

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