SOTTO VOCE / ¡Todos vamos a Puebla!

AutorLázaro Azar

PUEBLA.- Más tardé en bajar del avión, que en cambiar de maleta para viajar a esta ciudad donde viví años maravillosos y tengo amigos entrañables con un objetivo que, también, trajo hasta ella una gran cantidad de melómanos: presenciar la extraordinaria Gala lírica, que ofreció este miércoles, el que es desde hace mucho, y sin lugar a dudas, nuestro máximo tenor: el gran Javier Camarena con quien compartí el lunes vuelo desde Ámsterdam y, para cuando lea Usted este comentario, ya estará de vuelta en Zúrich para concluir sus funciones de Falstaff.

Su visita a la Angelópolis estuvo inscrita dentro del Festival con que se conmemora la Batalla del 5 de Mayo y para ella contó con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla cuyo titular, el Maestro Fernando Lozano, tendrá que trabajar muy duro si aspira a darle el nivel decoroso que debe tener una agrupación que, se espera, continúe con tanta actividad.

Por lo pronto, bastante hizo el director huésped para esta ocasión, Iván López Reynoso, pues una cosa es tener pocos ensayos y otra, pasar por alto tropiezos inaceptables aún en una orquesta amateur y que habrá que enmendar, como cuán dispareja suena la cuerda, por no hablar de pifias tan desastrosas como el solo inicial del violonchelo durante la obertura de la ópera Guillaume Tell que abrió el programa. De la obertura de La forza... y el Danzón n. 2, mejor ni hablar: una cosa es la sabrosura y otra, la mínima corrección que implica el tocar siquiera las notas que están escritas.

Centrémonos, mejor, en la gloriosa velada que nos brindara el Maestro Camarena, quien nos sorprendió con algunas adiciones en su repertorio: por primera vez le escuchamos "en serio" el aria "Tombe degli avvi miei..." de la Lucia de Lammermoor de Donizetti, ópera que alguna vez hiciera en sus mocedades; siguió con "Ah! Lève toi, soleil...", en la que fue notorio cuánto se ha robustecido su instrumento. "Ya en cuatro o cinco añitos espero hacerla completa", me confiaría después, durante el coctel que le ofreció Rafael Micha en La Purificadora cuando...

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